Fauna urbana

Ese que se te acerca y te suelta que los envases de vidrio que estás tirando al contenedor verde deben ir sin etiquetas y limpios; ese otro que te asalta y te dice que tu perro no debe mear en la arena del parque porque los niños se la pueden meter en la boca; el que te pega la bronca cuando haces bien la rotonda y te paras para que pase un pelotón de ciclistas; el que te advierte del peligro de dejar al niño solo en la orilla de la playa cuando tú estás a tres metros en la sombrilla sin quitarle ojo; el que te recuerda en la cola de la gasolinera que él es el último cuando solo hay dos y están atendiendo al otro; el que te pregunta en la Rambla dónde está la estación de autobuses y le dices que mejor coja un taxi y te dice que si te dan comisión; la gente que te dice que hasta septiembre no pueden hacer esa gestión en la administración porque se van de vacaciones; los que te dicen que el autobús tiene preferencia hasta para tirarte de tu carril; los que creen que nunca es hora de hacer obras porque no les vienen bien; la señora que se molesta cuando la dejas pasar delante o le cedes tu sitio en cualquier lugar; el que te contesta diciendo «eso es como todo»; los que te preguntan si te acuerdas de ellos cuando evidentemente no; ese importante que te dice que no suele contestar en vacaciones cuando llevas tres meses preguntándole sin respuesta; el que te dice que no son horas y te llama a las 7:00 h y a las 15:30 h indefectiblemente; los que te ponen la cita urgente para marzo; o los funcionarios que te mandan a que te quejes al político de turno porque en verano se para todo (¿para qué abren?); el poli que te saca tres o cuatro multas con todas sus leyes por aparcar en zona de carga y descarga. Esta es parte de la fauna que te puedes encontrar dando un paseíto este verano.

También ese que se desvive cuando le preguntas dónde está algo que buscas; el que incluso te acompaña al sitio; los que te unen a su grupo de fiesta si te ven solo; los que te invitan una y otra vez sin desaliento; los que trabajan y se buscan la vida para solucionarte los problemas; los que se esfuerzan porque salgas satisfecho de tus gestiones o compras; los que asados y trabajando tienen siempre una sonrisa y buen humor (síntoma inequívoco de inteligencia); esos que te devuelven la cartera perdida con todo el dinero dentro; los que te ayudan y los que no te olvidan; ese compañero que te pasa el balón para que lo metas tú; los que recuerdan y colaboran; los siempre dispuestos. De estos también te puedes encontrar. Pero son minoría, es cuestión de actitud.