Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Cantaraneando

Mis encuentros con Azorín

Azorín en su gabinete de trabajo (Fuente: Casa-Museo Azorín, Fundación Caja Mediterráneo).

Vengo de visita familiar a Ribadeo, Lugo, y me encuentro con Azorín. Su perfil inconfundible se fusiona con el de la poetisa Rosalía de Castro en la portada de un libro que lleva su conciso seudónimo, Azorín, sobre el título: Rosalía de Castro y otros motivos gallegos. El libro, impoluto considerando su fecha de publicación, me llama desde el escaparate de una librería nonagenaria, la de Vivín (Salvador Rodríguez) al que dedicaré una entrevista en mi Cantarano postveraniego. Xesus Alonso Montero firma el Prólogo (por cierto, con su nombre en gallego a pesar de estar aún bajo la dictadura franquista). El libro fue publicado por ediciones Celta (anteriores a Galaxia) con motivo del centenario del nacimiento de Azorín (1873-1973). Es curioso porque este año se conmemoran sus 150 años.

Se trata de un libro delicioso, donde el escritor alicantino muestra y demuestra su conocimiento y aprecio de la literatura y la cultura gallegas, hasta el punto de que la Real Academia Gallega lo nombra académico de honor. Lo acreditan su correspondencia con Gamallo Fierros, reputado polígrafo y catedrático de literatura ribadense, y sus múltiples artículos sobre música, viajes y personajes de Galicia, destacando los dedicados a Rosalía de Castro. Es otro vínculo más que me conecta con el escritor monovero, porque Galicia está presente, desde mi juventud, en mis primeros artículos de investigación (sobre las cantigas medievales galaico-portuguesas), novelas (Aún quedan piratas en la Costa de la Muerte) y poesía, además de que esta tierra legendaria forma parte de mi vida personal desde hace décadas.

Imagen: Consuelo Jiménez de Cisneros.

Por otra parte, por una mágica conjunción al hilo de una de nuestras conversaciones, mi amigo el médico escritor Francisco Mas-Magro me envía desde Alicante el artículo que él redactó sobre la amistad entre Azorín y su ilustre abuelo Francisco Mas y Magro, médico hematólogo candidato al Nobel de Medicina. En dicho artículo publicado por el Instituto de Estudios Alicantinos en ocasión de la III Asamblea de Escritores que tuvo lugar en Monóvar en 1973, Mas-Magro recuerda la correspondencia cruzada entre estas dos personalidades de la medicina y la literatura, el parentesco que llegó a unirlos (por el casamiento entre un hermano de Mas y Magro y una sobrina de Azorín) y la mutua admiración que sentían el uno por el otro, incluyendo la felicitación del escritor por los reconocimientos de su amigo médico en el extranjero. «Azorín afirma su orgullo de español por el triunfo de otro español», concluye nuestro Mas-Magro. Los verdaderamente grandes desconocen la envidia.

Y ahora retrocedo para recuperar, con algo de nostalgia, mis primeros recuerdos y sensaciones sobre Azorín. Cuando falleció yo tenía once años, así que no tuve ocasión de coincidir con él en persona. Sin embargo, a esa corta edad ya llevaba varios años escribiendo y sabiendo que lo haría siempre, algo que mi vida ha confirmado. De modo que Azorín formaría parte de mi educación literaria, no solo de la recibida académicamente, sino de la autodidacta (lecturas desordenadas y compulsivas) que inicié tan temprano y que no he concluido todavía. Diversas circunstancias me acercarían a la escritura azoriniana en más de una ocasión y, aprovechando que el pasado 8 de junio se cumplieron 150 años del nacimiento de este escritor, voy a tratar de resucitar aquellos recuerdos.

En 1972, el entonces CEU de Alicante, germen de la actual Universidad, convocó un premio literario de ensayo bajo el rótulo «Azorín a través de su obra». Yo me presenté con un trabajo que confeccioné en la Biblioteca Gabriel Miró, consultando los títulos de Azorín que allí se conservaban. En aquella época yo cursaba COU en el Colegio Inmaculada de los Jesuitas de Alicante y mis herramientas para un estudio literario eran mínimas, como puede suponerse. Sin embargo, mi modesto trabajo hecho a partir de una selección de lecturas resultó premiado. Ni siquiera recuerdo en qué consistió el premio, sí recuerdo que la noticia apareció en la prensa local y que la joven periodista que me citó para entrevistarme era la alicantina Asunción Valdés, que luego sería jefe de Prensa de la Casa Real.

En 1977 y en mi libro Con las manos alzadas, prologado por Vicente Ramos y publicado por la CAPA (Caja de Ahorros Provincial de Alicante) en su colección de autores y temas alicantinos, incluí algunos poemas dedicados a diversos escritores a quienes admiraba y de los que aprendía, y entre ellos uno para Azorín que comenzaba así:

"Filósofo sencillo de la vida,  
azor que sobre todo tiende el vuelo, 
cotidiano 
viajero..."

Puede consultarse el texto completo en la página 71 del libro citado: Con las manos alzadas – El Cantarano.

Fuente: RUA.

Coincidiendo con la celebración del Primer Milenio de la Lengua Castellana, la Casa Museo Azorín de la CAM y la Universidad de Murcia, a la que yo tenía especial aprecio porque en ella estudió mi padre su carrera de Derecho, organizaron un Congreso Internacional dedicado a Azorín («Azorín en el Primer Milenio de la Lengua Castellana») en el cual intervine con una comunicación titulada «Una recreación literaria de Azorín: `Cerrera, cerrera´, la tragedia del contemplativo». Este trabajo apareció publicado en las Actas del congreso editadas en 1998 por Estanislao Ramón Trives y Herminia Provencio Garrigós. Conservo (casi milagrosamente) un ejemplar en papel de una de aquellas separatas. Se ha digitalizado y colgado en la web de El Cantarano, donde está a disposición de los lectores interesados.

En el año 2019 y en ocasión del Homenaje que dedicamos, desde la Sede Universitaria Ciudad de Alicante, a Vicente Ramos por el centenario de su nacimiento, organicé una visita a la Casa Museo de Azorín en Monóvar donde pude reencontrarme con el espíritu del escritor que transita sobre todo en su biblioteca, ubicada en lo más alto de la casa familiar, que se ha conservado tal y como la dejara el ínclito autor de Castilla, Los pueblos, La ruta de don Quijote y tantos otros títulos que forman parte de nuestros mejores descubrimientos literarios.

Azorín me ha acompañado en interminables ratos de lectura. De esa lectura que destila conocimiento y reflexión, que ensancha la mente, que acompaña con la claridad y la armonía de la música de Bach. Azorín es mesura, aunque a veces asomen ramalazos de pasión por las finas venas de las líneas de su prosa.

Monumento dedicado a Azorín en los jardines de la Diputación de Alicante (Fotografía: Ángel Moreno Blanco)

No todos los alicantinos saben que el recuerdo de nuestro primer escritor de la novela-ensayo y del artículo se mantiene en un busto conservado en el jardín del palacio de la Diputación de Alicante. Allí, el joven revolucionario y el maduro conservador, el cinéfilo, el patriótico, el irónico, el creador del estilo esencial del periodismo moderno, el forjador de la Generación del 98 a partir del Grupo de los Tres (que Azorín comparte con el médico y escritor Pío Baroja y con el intelectual, tristemente asesinado por los republicanos, Ramiro de Maeztu) se inmortaliza con una frase que resume su estética y su ética: «He trabajado por la belleza y por España». Ese era, así era Azorín.

Consuelo Jiménez de Cisneros y Baudin

Catedrática de Lengua y Literatura Española. Escritora. Presidenta de la Asociación El Cantarano.
www.elcantarano.com

7 Comments

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  • Querida amiga Consuelo. Enhorabuena por tu magnífico articulo y memorables recuerdos de nuestro gran Azorin.
    Un abrazo Julio Calvet.

    • Muchas gracias Julio. Con ganas de leer tu libro sobre Ramón Sijé. Un abrazo

    • Muchas gracias. Un placer tener lectores que disfrutan con lo que escribimos. Saludos cordiales

  • Magnifico artículo, el que nos ha ofrecido Consuelo Jiménez de Cisneros, tan preocupada ella por dar a conocer la cultura de Alicante y provincia. Hasta su rincón de Ribadeo le envío el agradecimiento por el recuerdo de aquella mi intervención en 1973 en la Asamblea Comarcal de Escritores, que con el fondo de homenajear a nuestro escritor José Martínez Ruiz, celebró el Instituto de Estudios Alicantinos en la ciudad de Monóvar. Allí tuve el honor de conocer y saludar al poeta José García Nieto.
    Parece que fue anteayer y han pasado cincuenta años.

  • Que bonito artículo, me ha gustado mucho y me ha hecho corto, gracias Consuelo es un placer conocerte