Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Al paso

El fugado en un maletero quiere regresar en el Falcon

Pedro Sánchez en el Falcon (Fuente: Moncloa).
Puigdemont, el letal separatista, garantizará a Sánchez el gobierno de ‘su querida España constitucional y constitucionalista’

Somos la leche. Me refiero a los españoles, claro. Somos masoquistas también. Nos gusta flagelarnos. Somos cortos de inteligencia y largos en estupidez. Permitimos que un golpista separatista se fugue escondido en el maletero de un coche y ahora, casi con toda seguridad, accederemos a su posible exigencia de volver en el Falcon (es una metáfora) y que sea el propio Sánchez (en el peor de los casos, la vicepresidenta Yolanda) quien coloque la corona de laurel a este primer defensor de la paz, con lo que Otegui ya no sería el primer hombre de paz, sino el segundo por servicios a la patria en esta monarquía orgánica de Pedro I el Mentiroso, el Tragaldabas y el Traidor.

En este juego imaginario de suposiciones, no se puede descartar que el Falcon tuviera que aterrizar en un aeropuerto catalán, más concretamente en el Girona-Costa Brava, la tierra de promisión de nuestro héroe, porque hacerlo en Barajas sería una ofensa españolista a este Gandhi de vía ancha, nada de estrecha, que se merece un homenaje de todos los votantes del sanchismo, a los que hay que reconocer una fidelidad asombrosa al líder. ¿Que es un becerro de oro lo que adoran? Lo saben de sobra los militantes y todos los que se benefician de las prebendas sanchistas, que salen de los bolsillos de todos los españoles.

Pero es lo que hay. ¿Que no queríamos caldo sanchista? Pues nos tenemos que tomar tres tazas. Caldo de un (a) gallina (blanca, también poéticamente hablando), pero caldo para otros cuatro años. Por lo menos. Habría que cambiar la ley electoral para que las cosas cambiaran en este país y no tener que soportar el gobierno de las minorías, pero ¿quién va a cambiar esa ley? No la mutaron ni Felipe González ni Mariano Rajoy con sus mayorías absolutas. PP y PSOE son culpables de que hayamos caído bajo la bota del sanchismo que lleva grabados la hoz y el martillo dictatoriales de Sumar y su rubia lideresa sumarísima, más falsa que Judas, porque ni es rubia ni sabe sumar. Es una arpía (sí, arpía) que se ha cargado a quienes la auparon, primero en Galicia y luego en Madrid.

El diccionario de la Real Academia Española (RAE) ofrece cuatro acepciones de la palabra arpía: 1.- Ave fabulosa con rostro de mujer y cuerpo de ave de rapiña. 2.- Mujer muy malvada. 3.- Águila poderosa de plumaje blanco y plomizo coronada por un penacho bífido y que habita en las selvas americanas. 4.- Persona codiciosa que con arte o maña consigue cuanto puede. Los lectores verán cuales de las acepciones podrían aplicarse a Yolanda Díaz.

Yolanda Díaz (Fuente: Moncloa).

El diccionario de la RAE no recoge la palabra ‘sanchismo’. El propio Sánchez dijo en televisión que sus enemigos creen que el ‘sanchismo’ encierra ‘mentiras, manipulaciones y maldades’’. Desde el PP y otras instancias opinan que Pedro I ha acertado de lleno. A pesar de ello, ha conseguido salvar el tipo y celebrar su derrota ante Feijóo como una victoria inmensa. Y no le faltan motivos. Feijóo fracasará en la sesión de investidura y Sánchez la sacará adelante. No creo que le vaya a poner el Falcon a Puigdemont en Bruselas, ni que lo vaya a coronar con laurel.

Es verdad que Pedro prometió traer a España a Puigdemont, pero para que fuera juzgado. Ahora hay quien susurra que va a cumplir la promesa de traerlo a España, pero para ser amnistiado. ¿Y en el Falcon? Hay gente con muy mala idea y que no perdona a Pedro I el haber ganado el Gobierno habiendo perdido las elecciones. ¿Que gobernará Sánchez gracias a Puigdemont? Los hay más malvados, que dicen que quien va a gobernar no es Sánchez sino Puigdemont. Yolanda Díaz no puede prometerle tanto. Ni siquiera, creo, la vicepresidencia primera. Tampoco Puigdemont, que debe ser más feminista que Pedro, cometería la grosería de quitarle la vicepresidencia primera a Yoli, la falsa rubia con sonrisa de hiena, perdón, de arpía.

Sánchez se proclamaba, en campaña electoral, constitucional y constitucionalista. Varios partidos minoritarios, todos separatistas, se van a unir al sanchismo (que ha sido menos votado que el PP) en lo que siguen llamando un ‘Gobierno de progreso’. A todos los falsos progresistas de izquierdas les dice Fernando Savater que “una cosa es ser progresista y otra ser imbécil”. Ana Rosa Quintana era un tanto más sutil felicitando al líder del PSOE: “Enhorabuena Pedro Sánchez, perdedor de las elecciones”. El escritor Jorge Fernández Díaz, tras poner de relieve el ridículo de España ante los otros 26 países de la Unión Europea con un gobierno dominado por separatistas, entre ellos un prófugo de la Justicia española, nos amplía el análisis sociopolítico con un recuerdo al discurso de Benedicto XVI sobre el futuro de España. “El diablo odia a España por los servicios prestados a la Iglesia: por la evangelización de América; por su papel durante la Contrarreforma, etc., y por eso la quiere destruir”. Para derrotar al diablo y a sus secuaces aconsejaba soluciones espirituales: “humildad, oración, sufrimiento y devoción a la Santísima Virgen”. La inmoralidad acabó con el imperio romano; la inmoralidad está acabando con España y con Europa. Sólo el renacimiento del humanismo cristiano nos salvará.

La gente de bien, el pueblo llano, sabe que los valores cristianos coinciden, cien por cien, con los valores humanos: amor entre hermanos, nada de odio; respeto a la vida desde la concepción hasta la muerte natural; ayudas materiales y espirituales a las jóvenes y los jóvenes para que no sean víctimas del sexo y de los que comercian vilmente con la sexualidad y no respetan la dignidad de mujeres y hombres; respeto excepcional por los niños y las niñas, sin manipulaciones educativas especialmente repulsivas a espaldas de los padres; políticas para mejorar la cultura sin apellidos y el acceso a los bienes materiales y espirituales de toda la población; humildad y realismo de los gobernantes para hacer pactos de Estado sobre tantos asuntos vitales como precisan de entendimiento entre todas las formaciones políticas, sobre todo de las dos que representan a la inmensa mayoría de los españoles.

Ya sé que predico en el desierto y que ni unos ni otros me van a hacer caso. Mientras cambia el tiempo político de la confrontación por el del diálogo y los pactos (entre ellos el de la castración o pena de prisión perpetua para los violadores), me pongo a rezar, como pedía Benedicto XVI, ese monstruo de la inteligencia y de la humildad.

Posdata

Los obispos de toda Europa se han pronunciado contra la inclusión del aborto en la carta de derechos fundamentales de la Unión Europea. La noticia tiene retranca. Mal está que legalicen el aborto en casi todos los países, que es legalizar el asesinato de los más inocentes, los niños no nacidos, seres humanos científicamente hablando. Pero el colmo de la inhumanidad es proclamar el matar como un derecho fundamental. El hombre mata al hombre. Esto es lo mismo, o peor, que lo del homo, homini lupus, el hombre, lobo para el hombre. La barbaridad la defiende, entre otros, el presidente Macron.

Apuesto a que, un poco antes o un poco después, degeneraremos en Europa aún más y alcanzaremos, por fin, el derecho fundamental de matar niños en el vientre de sus madres. ¡Viva el progreso, estúpidos!

Ramón Gómez Carrión

Periodista.

8 Comments

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  • Todas las democracias acaban siendo ingobernables, porque no se pueden autogobernar por la razón, sino por las emociones, un día piensan una cosa y otro día otra, es la rebelión de las masas de las que ya habló Ortega y Gasset, empezó siendo republicano y luego se arrepintió, porque no todas las ideas pueden tener representación parlamentaria, como hoy ocurre, que es de lo que va la socialdemocracia. Un abrazo.

    • Querido tocayo: un fuerte abrazo y una disquisición. Ortega no se arrepintió de ser republicano, sino que denunció a aquellos republicanos (los marxistas y anarquistas (?) que hicieron una Constitución «para media España!». Republicanos los hubo de derechas, de centro, de centroizquierda, de centroderecha y de izquierda marxista, que fueron ‘masacrados’, todos, por el Frente Popular del 36, salido de la violencia y del fraude, como demuestran los catedráticos Álvarez Tardío y Villa García en su aún reciente libro ‘1936: Fraude y violencia en las elecciones del Frente Popular’. Lo que sí defendió siempre Ortega es que una monarquía parlamentaria podía ser tan democrática como una república. Eso lo defendió siempre. Otro abrazo. Evidentemente el Frente Popular gobernó fruto de un fraude y de la violencia.

  • Las llamadas «fuerzas progresistas» han puesto España contra las cuerdas. Cabe esperar cualquier cosa. Estoy atribulado. Enhorabuena Ramon Gómez Carrión por tu artículo. Un abrazo. Julio Calvet.