Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Opinión

Emigrantes poco votantes

Fotografía: Arnaud Jaegers (Fuente: Unsplash).

En 1971 el periódico gallego La Región convino con la Confederación Española de Cajas de Ahorros realizar un viaje para visitar las delegaciones de esta entidad en Europa, y se invitó a las cajas a participar en este recorrido que incluía Francia, Suiza, Alemania, Países Bajos, Bélgica e Inglaterra.

El medio realizaba una edición semanal —a modo de resumen— que las cajas gallegas regalaban a sus clientes y que se remitía por correo aéreo a una tarifa muy económica, y parte del objetivo de este proyecto era convencer a otras entidades a que nos sumáramos a este “patrocinio”.

Doce representantes nos subimos al minibús del Deportivo de La Coruña en Zaragoza —alquilado por el director del periódico, que nos acompañó durante todo el recorrido— y visitamos Montpellier, Béziers, Nimes, Marsella, Lyon, Zúrich, Berna, Ginebra, Múnich, Frankfurt, Düsseldorf, Róterdam, Ámsterdam, Bruselas, París, Londres y de nuevo a París. Veintidós días de recorrido, prácticamente todos ellos haciendo kilómetros por las mañanas y reuniones a mediodía con los delegados de la citada Confederación; por las tardes, visitas a centros de trabajo y sociales de españoles. En mi caso, al finalizar, volví al sur de Francia donde mi Caja —entonces denominada “del Sureste de España” —  me encargó con más detalle recorrer Nimes y sus alrededores, donde residían numerosos grupos y familias de origen murciano.

En total, un mes de “inmersión” en el mundo de la emigración, que culminó posteriormente con el encargo de que dedicara parte de mi tiempo a promover que los alicantinos y murcianos, si eran capaces de generar algunos ahorros, prefirieran enviarlos a España, y a nuestra caja, tarea que realicé durante unos cinco años, hasta que en 1976 con la creación de la CAAM por fusión de varias cajas, entre ellas la de Orihuela con mayor penetración en este sector.

Si no recuerdo mal por entonces teníamos unos siete mil clientes —o cuentas, mejor dicho— de ahorro emigrante. En el caso de la provincia de Alicante, gran parte procedentes de la Vega Baja eran en su mayoría trabajadores agrícolas, aunque curiosamente había una nutrida excepción en Callosa de Segura: varias docenas de callosinos trabajaban en la factoría de Renault en París, incluso en una ocasión el director de la oficina fue enviado a visitarlos para convencerles de que remitieran sus ahorros a su sucursal. Aparte de los residentes fijos habría que añadir los temporeros, especialmente desplazados a la vendimia, con cifras imposibles de conocer, pues a menudo se desplazaba una familia de cuatro o cinco miembros, pero sólo uno de ellos figuraba con contrato.

He recordado este tema a raíz de conocer, con motivo de las elecciones, las cifras del CERA (Centro de Electores Residentes Ausentes) en relación con nuestra provincia: 45.300. Aunque según el PERE (Padrón de Españoles Residentes en Extranjero) son 2.790.319, una cifra realmente significativa. En las elecciones de 2019 había 39.258 potenciales votantes originarios de nuestra provincia, de los que sólo ejercieron su derecho 3.248. Espero que en esta ocasión la cifra haya sido superior.

Ahora no conocemos bien su dedicación laboral, se habla mucho de que los médicos y enfermeros que no encontrando buen trabajo nos abandonan para radicarse en cualquier país europeo donde sí se les valora. Fuera mano de obra entonces o profesionales especializados ahora, no deja de ser doloroso que se vean obligados a marchar. Aquí hay tarea para el nuevo Gobierno. Conseguir que vuelvan a casa.

Toni Gil

Periodista.

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