En plena época franquista, la vida se vuelve cabaret para escapar de la represión y el sometimiento. ¿Qué es más real: la vida o el sueño?
La plataforma de entretenimiento ‘ATRESplayer’ está apostando fuerte por la producción española, por la diversidad, la vanguardia y la inclusividad. Han ido a lo grande con Las noches de Tefía (Miguel del Arco, junio 2023), y en seis capítulos repasan parte de la negra historia de España en la que se confinó a personas en campos de concentración como el de Tefía, en la isla canaria de Fuerteventura —bautizada en un acto blanqueador como Colonia Agrícola Penitenciaria— que funcionó entre los años 1954 y 1966. En esos 12 años, por allí pasaron alrededor de 350 presos, declarados en “estado peligroso” por encontrarse incluidos en las categorías de vagos y maleantes, así como presos comunes y, también, algunos presos políticos.
Pongamos nombre y apellidos a la historia
La Ley de Vagos y Maleantes del 4 de agosto de 1933 fue una ley del Orden Penal español que se aprobó por las Cortes de la II República y que hacía referencia al tratamiento de vagabundos, nómadas y proxenetas, así como otros comportamientos considerados antisociales. Fue modificada en el año 1954 durante la dictadura franquista para incluir la represión también a los homosexuales. En el 1970 fue sustituida por la Ley de Peligrosidad Social, más “amable” en el título, pero no en las formas, y se consiguió eliminar en noviembre del año 1995.
La serie se alimenta de los testimonios de dos presos homosexuales: Juan Curbelo Oramas y Octavio García Hernández. El historiador y escritor Miguel Ángel Sosa Machín buceó en los expedientes del Juzgado de Vagos y Maleantes de Las Palmas de Gran Canaria y materializó en su novela Viaje al centro de la infamia (Anroart Ediciones, 2010) las duras condiciones que sufrieron durante su cautiverio en ese campo de concentración.
Aquí puedes ver el tráiler oficial:
Sin querer reventar la historia a los que todavía no la habéis visto, no entraré en muchos detalles, pero sí os pongo en situación al decir que hay tres mundos claramente diferenciados en estos seis episodios y el viaje a través de ellos es impactante, realista y tremendamente apasionante.
El primero es un mundo en blanco y negro que refleja toda la dureza de esos días en el campo de concentración bajo el régimen franquista y en el que se disfraza de colonia agrícola un panorama crudo, en el marco de un árido terreno en el que no podía crecer vida alguna. Después está TINDAYA, un mundo a todo color de ensoñación, fantasía, música y vitalidad. Se trata de un cabaret que supone la vía de escape para los presos y que les permite seguir sacando fuerzas para vivir más allá de su infrahumano día a día.
Finalmente, está la España del año 2004 en la que Airam Betancor (encarnado por el actor Jorge Perugorría) ahonda en la historia vivida en el campo de concentración mientras se ve forzado a salir del armario ante su familia.
El casting de esta teatral producción es insuperable. El derroche de talento que tienen todos los actores es excepcional y en ellos radica gran parte del éxito de la serie, ya que se convierten en auténticos camaleones para llevarnos por una montaña rusa emocional. Miquel Fernández, Patrick Criado, Carolina Yuste, Raúl Prieto, Raúl Álamo, Ana Wagener y Javier Ruesga, entre otros, son parte de su destacado elenco y muchos de ellos ya han empezado a cosechar nominaciones en diferentes premios de la industria cinematográfica por su gran trabajo en Las noches de Tefía. ¡No puedes perderte esta fantasía audiovisual!
Aprovecho para dejarte con su genial banda sonora compuesta por Arnau Vilà, director musical de formatos televisivos como Tu cara me suena y musicales de teatro como Mamma Mía! o Pretty Woman.
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El director Miguel del Arco (Madrid 1965) también podría hacer una película o una serie del vapor prisión “Uruguay” de la República -pero ahora no toca- atracado en el puerto de Barcelona que alojó a unos 400 prisioneros de muy diversa naturaleza durante la guerra: falangistas, fascistas, fuerzas del orden sublevadas y también enemigos ideológicos de Stalin. Después de la derrota de los sublevados en Barcelona durante el golpe de estado del 18 de julio de 1936, los generales rebeldes Manuel Goded Llopis y Álvaro Fernández Burriel fueron encarcelados en este barco fueron fusilados al día siguiente, sin juicio. La vida en el barco era dura: suciedad, ratas, comida escasa y trato brutal. Cada día echaban un poco de arsénico en el rancho. Ello provocaba unos malestares horribles en los prisioneros e incrementaban las colas del retrete para echar los vómitos. Muchos de los prisioneros que alojaba fueron ejecutados extrajudicialmente. “Para los 400 prisioneros había una letrina o retrete”. Las colas eran constantes y muchas veces había que esperar horas y horas para poder acceder. Tanto en el “Argentina”, como en el “Uruguay”, el régimen disciplinario era durísimo. Les hacían levantarse de madrugada y ya no podían reposar hasta la noche.
Gracias Ramón por comentar. Sólo puedo recomendarte, si no lo has hecho todavía, ver esta “historia de España” que hasta ahora no se había contado.
Obviamente hechos dramáticos para contar hay, desgraciadamente, cientos. La serie de ‘Las noches de Tefía’ visibiliza de manera fidedigna una realidad de la que nada se ha hablado hasta ahora y sobre la que era necesario arrojar luz.
Indagaré en los hechos históricos que comentas y que desconozco.
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