Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Al paso

Sánchez o Feijóo, con España y los españoles al fondo

Imagen de un momento del cara a cara entre Pedro Sánchez y Alberto Feijóo (Fuente: resumen emitido en el canal de YouTube de "El País").
Sin ponerse demasiado solemnes, hay que convenir en que el día 23 tenemos una gran responsabilidad los votantes

Cada quien va a ir a las urnas como Dios le de a entender, aunque algunos votarán tapándose la nariz, olvidándose de ser fieles a su conciencia y plegándose a intereses partidistas. No siempre manda en nosotros la inteligencia y con frecuencia nos dominan los sentimientos. El viejo dicho latino video meliora proboque; deteriora sequor (veo lo que es mejor y lo apruebo; sigo lo peor), sigue vigente dos mil años después de que el poeta Ovidio —Publio Ovidio Nasón—  lo pusiera en boca de Medea en su Metamorphosis VII. Cosas de la debilidad y de la ambición, añaden los comentaristas.

Nuestros políticos y las formaciones, a las que sirven y de las que se sirven, tienen buenas intenciones. Algunos presumen de limpios y la verdad es que a Pedro Sánchez lo vemos siempre aseado y como dispuesto para un desfile de modelos de alto porte. Se ve enseguida; no hace falta que lo vaya proclamando por ahí en todas las televisiones que se rinden a sus pies. Va de limpio y me parece muy bien. Pero se está poniendo pesado.

En realidad, lo de limpios y bien vestidos es una característica de todos los políticos y de todas (acaso también de todes, aunque no conozco a ningune). Sobresale entre ellas, Yolanda Díaz, a la que ‘acusan’ de abusar de modelitos, cosa que a ella no le debe molestar, pues tampoco le molesta a Tezanos, el impostor de las encuestas del CIS que siempre le da la mejor nota a la hora de la valoración de los líderes políticos. Tiene que estar enamorado de Yolanda, a la que sus enemigos (ignoro si también sus amigos) llaman Yoli, mujer dulce hasta aburrir a las abejas, pero dura con los periodistas que no le caen bien y a los que quiere echar de la profesión en cuento triunfe su comunismo libertario, variopinto e incluso integrador. Menos en Cataluña, que esa es otra.

Yolanda es amiga de Sánchez y le ha quitado de encima a Podemos, aunque Pedro ya anda metiendo cizaña en el seno de Sumar, según dicen para quitarle los votos de la izquierda a la izquierda del PSOE —no diré del ‘sanchismo’ para que no se me enfade Pedro I el Guapo y el Limpio, al que ya nadie se atreverá a llamar ‘El Mentiroso’ porque ha aclarado en todas las televisiones del orbe que él no miente, sino que cambia de opinión. Además de economista ‘copión’, nos ha salido filósofo de baratija—.

Yolanda Díaz. Fotografía de Moncloa (Fuente: Wikimedia).

Sobre lo que no ha cambiado de opinión es sobre su alianza con Bildu y con los independentistas catalanes de ERC. Seguirá pactando con ellos pese a que Rufián (que es el nombre de un destacado político catalanista y no un rufián cualquiera) ha dicho en el País Vasco que ellos y Bildu van a humillar a España (no se sienten españoles, sino antiespañoles, con permiso de ‘El Guapo’, de ‘El Limpio’ y de ‘El  Mentiroso’, perdón, el que cambia de opinión, tres en uno) y lo volverán a hacer. ¿Y quién no se anima a independizarse sin delito de sedición y con penitas de malversación?

Desde luego, el debate no tuvo una altura celeste y más que nada sirvió para ver quién decía menos mentiras y pienso que en esto, como en educación y maneras, ganó Feijóo. Y es que Sánchez lleva cinco años gobernando. Un gobernante tiene que mentir, bueno quiero decir cambiar de opinión, por muy limpio que sea. Una cosa es ser limpio y otra ser transparente. Los líos que se trae Pedro con Bildu y con ERC no hay quien los entienda. Y menos explicó Sánchez por qué se queja de que le griten desde el PP y desde la plaza de toros de Pamplona ‘Que te vote Txapote’ (alias Chapote) cuando se alía con los herederos políticos de ETA y homenajeadores de etarras o compañeros que asesinaron a doce socialistas hace sólo unos cuantos años.

Sánchez se pasó la mitad del debate atacando los pactos del PP con Vox, pero se negó a firmar el pacto que le propuso (y firmó en público) Feijóo para que gobernara el partido más votado el próximo 23F. Sánchez no quiso firmar, pese a que reiteró que, el día 23, él y su partido van a ganar las elecciones. ¿Qué seguridad tiene de eso cuando no quiere firmar su victoria? Lo único que quiere es que no gobierne el PP. No quiere pactar con el PP. Sabe muy bien que sólo seguirá en la Moncloa si su derrota no supone la victoria del PP en torno a los 150 diputados.

España y los españoles nos jugamos mucho el próximo día 23. De momento, son días de protagonismo para Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo con España y los españoles al fondo. Pero no hay que perder la perspectiva. Los importantes somos España y los españoles. Sin ponerse demasiado solemnes, hay que convenir en que el día 23 tenemos una gran responsabilidad los votantes. Hagamos un esfuerzo inteligente para ver qué es lo mejor y no hagamos lo peor.

Posdata

Dos mujeres, una alicantina y otra balear, en política. Nuestra paisana se llama Macarena Olona y no es de Sumar, sino líder de Caminando Juntos, su partido político tras su abandono de Vox. Se ganó la estima de amplias capas de la sociedad con sus intervenciones en el Congreso de los Diputados y fracasó liderando al partido en las elecciones de Andalucía. Fue un error la aventura andaluza y peor aún el desenlace y fuga del partido por motivos que no se han aclarado plenamente. Yo, al menos, desconozco los desencuentros con los máximos dirigentes de Vox. Y por lo que respecta al presente y futuro de Caminando Juntos, tras su presentación en una sala de alterne granadina (uno de tantos prostíbulos como hay en carreteras nacionales, según cuentan) no parece que la formación política vaya a entusiasmar a millones de españoles. No tiene Macarena 800 asesores como dicen que hay en la Moncloa.

Tampoco contará con esa cifra de expertos la presidenta balear Marga Prohens, que le ha birlado el cargo a la catalanista Armengol, cuyos seguidores ya le han montado la primera manifestación a la ‘popular’ augurando, como hace Sánchez en caso de que gane y gobierne Feijóo, cuarenta años de retroceso en derechos y libertades, como si derechos y libertades auténticos (y no manipulados) fueran exclusivos de la izquierda caniche, una izquierda de cortos horizontes, que confunde, a veces, derechos y libertades con desprecio a principios, derechos y libertades de unos seres humanos a los que se priva de la dignidad sublime de la condición humana para condenarlos, en ocasiones, a la más pura animalidad irracional.

Adenda

Un imbécil insulta a Miguel Hernández y nadie borra unas pintadas ni detienen al grafitero. Un idiota (del que no se sabe si es de extrema derecha, de extrema izquierda o de extrema subnormalidad) ha hecho unas pintadas en un barrio de Alicante insultando a Miguel Hernández. Al genio más grande de la poesía española que dio España en el siglo XX, junto con Antonio Machado y García Lorca. Lo llama terrorista. Las pintadas (yo sólo he visto la que reproduce el periódico digital más importante de la provincia) no habían sido borradas hasta el día 11 en que leo la noticia y también leo el comentario sobre ese insulto a la inteligencia, insulto ese más grave, si cabe, que el infligido a la libertad y a la democracia. Es una pintada basura y podría dudarse de que se deba a un extremista de derechas. El comentarista de la ‘noticia’ lo atribuye a ‘la extrema derecha’ en general y arremeta contra ella siguiendo la consigna mentirosa de Pedro Sánchez de que sólo hay extrema derecha y derecha extrema. Como mentiría al decir que sólo hay extrema izquierda e izquierda extrema. Una vez que dejemos claro que los políticos mienten todos (aunque hay grados en las mentiras, como en la masonería), en una cosa coincido con el firmante del periódico: que se borren las pintadas; que se detenga y se juzgue al autor por delito de odio, y que se aclare (digo yo) si es de extrema izquierda, de izquierda extrema, de derecha extrema, de extrema derecha o de extrema gilipollez. Esto último no sería un atenuante a la hora de dictar sentencia, dura sentencia.

Miguel Hernández siempre será un símbolo de libertad y de amor al pueblo, a su pueblo, Orihuela, y a todos los pueblos de España y del mundo. Aunque me hubiera gustado que hubiera vivido años y años, junto a su higuera (en peligro ahora) y haber comentado con él algunos de sus poemas. Allí, en Orihuelica del Señor.

Estrambote

Exministro de Zapatero pide votar a Feijóo. Sabina y Raúl del Pozo no soportan a Sánchez. El ‘ex’ se llama César Antonio Molina y formó parte del Ejecutivo de ZP. Responsable de Cultura, dicen de él que es ‘un poco’ más culto que Miquel Iceta, el actual ministro del ramo, político éste que abandonó sus estudios universitarios para dedicarse exclusivamente a la política. César Antonio Molina es licenciado en Derecho y doctor en Periodismo. Profesor universitario, es autor de una treintena de libros de ensayo y de poesía. Ha ocupado muchos cargos culturales. Su obra ha sido traducida al inglés, francés, italiano, árabe, hebreo y serbio. Recientemente ha apoyado públicamente a Feijóo y ha dicho de Sánchez que “es como un okupa al que hay que echar legalmente” y le parece tan mentiroso que debieran darle un sillón en la Real Academia de la Lengua (RAE) “por cómo inventa conceptos y palabras”. Considera que la derrota de Sánchez es crucial para que el PSOE pueda reconstruirse y sobrevivir. Su pensamiento coincide con el muchos viejos solcialdemócratas del PSOE verdadero, tan alejado del sanchismo. Y con el gran cantautor Joaquín Sabina y con el enorme escritor Raúl del Pozo, dos ilustres de la izquierda ilustrada, que ya no soportan ni a Sánchez ni al sanchismo. A Pedro I sólo le quedan los pelotilleros condenados a hacerse la eutanasia.

César Antonio Molina. Fotografía de Presidencia de Gobierno (Fuente: Wikimedia).

Rosa Díez y Carlos Cuesta

RosaDíez y Carlos Cuesta acaban de publicar sendos libros. El de Rosa, socialista de toda la vida hasta que la ‘echó’ del PSOE socialdemócrata Rodríguez Zapatero, se titula Caudillo Sánchez y le dice a Pedro I de todo menos bonito. Termina así: “Llegará un día en que, en España, se recuperará la normalidad democrática y no un relato pervertido y al servicio del sectarismo y del odio entre hermanos. Y cuando eso ocurra, habrá niños que interpelen a sus padres o abuelos, que fueron legisladores de la mayoría o dirigentes del PSOE en aquellos años en los que Pedro Sánchez utilizaba las instituciones para volar el sistema democrático”.

Carlos Cuesta define a Pedro como El gran impostor (título de la obra) y califica sus gobiernos y los de Zapatero como “Dos décadas de socialismo resumidas en tres premisas: la demolición de la Constitución española, de la monarquía parlamentaria y de la unidad de España”. 

Ramón Gómez Carrión

Periodista.

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