Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Opinión

No valoramos lo que tenemos

Fotografía de ^Musaz (Fuente: Wikimedia).
Y yo estimo que son muchas cosas buenas. Tan es así, que me he propuesto revisar algunas que se me ocurren.

La primera es vivir en España. Somos un país increíble. Un país que en el pasado ha tenido grandes artistas. Excelentes escritores, pintores, escultores, constructores y músicos. Nuestro brillo en el campo de las artes ha sido muy grande y creo que aún nos mantenemos.

Es un país con una luminosidad inimaginable. El sol aparece al alba, aproximadamente a las siete de la mañana y entonces brilla hasta el ocaso, muchas veces muy cerca de la noche. Es un país con una excelente climatología. Yo no recuerdo más catástrofes que el volante volcán de Cumbre Vieja, en las islas Canarias, y un terremoto de muy poca intensidad en Murcia, que apenas causó daños, o la DANA o gota fría que cayó sobre Madrid. Nada trascendente. Desde luego, ningún tsunami.

Y es un país lleno de belleza. Lo son sus paisajes, los lagos, ríos, mares y océano, montes, bosques, cabos o golfos. Pero es que también lo son sus pueblos e, incluso, muchas de sus ciudades. En muchas de ellas hay preciosos castillos o iglesias. Siempre he dicho que las iglesias son como pequeños museos. Suelen albergar muy bellas pinturas, o esculturas e, incluso, en su interior hay mármoles preciosos o cristalerías y vitrinas; y en el terreno de las joyas, los sagrarios.

Nuestro modelo social es magnífico. Somos una sociedad próxima o cercana. Aquí, dos personas que no se conocen pero que coinciden por casualidad pueden pasar muchas horas juntas tomando una cerveza, porque para nosotros la mesa es algo importante. Y en ese tiempo pueden hablar de todo: de su vida sexual, de sus ideas políticas o religiosas. En otros países esas personas sólo estarían juntas muy pocos minutos y de lo único que hablarían sería de la climatología, del tiempo que hace o el que va a hacer.

Aceitera con aceite d eoliva virgen. Fotografía de Juan Emilio Prados Bel (Fuente: Wikimedia).

Nuestra gastronomía es excelente. Eso además de saludable, pues la nuestra es una de las dietas mediterráneas más sanas del mundo. Suele contener bastante aceite de oliva, que es un ácido graso que hace que el colesterol bueno, el HDL aumente, y el colesterol malo el LDL baje. A ello añadimos mucho ajo, que sirve para bajar la tensión arterial. Puede que con lo que nos pasemos sea en la sal. Y la variedad de nuestros platos es infinita. Podemos pasar de los mariscos gallegos a las rabas asturianas, del gazpacho o el salmorejo andaluz al cocido o a la paella.

Después, en cada lugar de nuestro país, se conservan tradiciones que le son propias. Son variadas y bellas. Me estoy refiriendo por ejemplo a las Fallas en Valencia, o las procesiones, o los Moros y Cristianos. Puede que a algunos no les agrade que yo hable del toreo, pero debo señalar que la estética de las corridas de toros es única. Lo es el vestido del torero y también el ver desplazarse al toro, como acariciando la capa que el torero mueve. Hablaba de las tradiciones. En Soria es particular la de San Pedro Manrique, en la que los habitantes del pueblo caminan sobre las brasas, a veces llevando sobre sus espaldas a algún otro vecino. En Elche es importante el Misteri, que está declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad y se representa desde el siglo XV. En él, los ciudadanos de esa zona se visten de época y procesionan al tiempo que uno de ellos, representando a la Virgen, asciende a los cielos. Desde su inicio, las mujeres no pueden actuar, ni representando a la Virgen, y es un hombre joven (un niño) el que hace el papel. Cuando concluye el Misteri, es costumbre subirse a las terrazas de los edificios y contemplar un espectáculo grandioso de fuegos de artificio, así como degustar algún pedazo de sandía.

No nos engañemos, en el pasado éramos una dictadura. Pero hace ya muchos años que somos una democracia sólida. Un país en el que las opciones políticas son muchas. Por otra parte, somos muy tolerantes. En el pasado puede que ser homosexual aquí fuera muy duro. Ahora, varios miembros del ejecutivo lo son y otros muchos comentaristas de televisión han hecho pública su condición sexual. En el pasado, incluso éramos críticos con algunas otras etnias, por ejemplo, con los gitanos. Ahora convivimos muy bien con ellos y con otros: ucranianos o rumanos que han venido de fuera. Cuando vemos lo que les sucede a los negros en Estados Unidos, temblamos.

Imagen del Misterio de Elche. Fotografía de Miguel Ángel Crespo (Fuente: Wikimedia).

Por otra parte, creo que la generosidad es uno de nuestros rasgos. El doctor Rafael Matesanz puso en marcha hace años la Organización Nacional del Trasplante. Aquí la donación de órganos es muy numerosa; de hecho, somos el primer país del mundo en esa donación, y creo que llevamos 27 años siéndolo.

Por otra parte, hemos construido una clase media muy potente. En ella se ubican la mayor parte de los españoles. Eso permite vivir con dignidad, supone poder trabajar, tener un lugar donde vivir, poder comer y tener un automóvil. Y a ello se añaden cosas gratificantes como puede ser tener hobbies. Hobbies que pueden ser muy diversos y darse satisfacciones, como puede ser acudir a espectáculos o hacer turismo y viajar.

Disponemos de un sistema nacional de salud que llamamos Sanidad universal y que, por cierto, puso en marcha el dictador Francisco Franco. Lo hizo a través de un ministro que curiosamente era de la ciudad de Cabra, Córdoba. Pero no era un cabrón, sino egabrense. Se llamaba Girón de Velasco. La calidad de nuestro servicio sanitario ha sido tan grande que, siendo presidente de Estados Unidos Barak Obama, pretendió copiarla para su país, pero fracasó. Además, se desarrollaron y pusieron en marcha muchos embalses que permitieron producir electricidad. Eso siguió a los esfuerzos mineros para extraer carbón de las minas. Ahora el desarrollo se está planteando en los aerogeneradores y en la creación de parques fotovoltaicos. Lo cierto es que vamos un poco despacio y el planeta se está calentando. Asistimos a una especie de auto suicidio y para evitarlo intentamos pasar a los vehículos eléctricos, pero seguimos utilizando los de gasolina o gas oil y, con ellos, el aire de las ciudades se convierte en nocivo.

En nuestro país tenemos deportistas magníficos, lo mismo que personas en el mundo del arte, solistas o cantantes, etc. Incluso hemos desarrollado instrumentos musicales peculiares como pueden ser las castañuelas y, me viene a la cabeza, Lucero Tena o la guitarra, en manos de Andrés Segovia o Paco de Lucía. E incluso otros como la pandereta, la gaita, la zambomba e incluso el tacón, o dar palmas. Y en el pasado tuvimos luthiers, ciudadanos que fabricaban instrumentos de cuerda.

Turistas haciéndose fotos en Los 4 Postes, Ávila. Fotografía de Dennis Jarvis (Fuente: Wikimedia).

Puedo decir que somos antichovinistas. Los franceses son chovinistas. Eso implica que están convencidos de que sus quesos o sus vinos son los mejores. Nosotros jugamos a la contra y lo cierto es que tenemos vinos o quesos tan buenos como los franceses, pero con algo añadido y es que su precio aquí es bastante inferior que el de allí.

En los últimos tiempos hemos reforzado nuestra red de carreteras, de autopistas y de autovías. También hemos mejorado la red de ferrocarriles. Algunos son de alta velocidad. Y disponemos de muchos aeropuertos. En el pasado, muchos españoles vivían en pueblos y no sabían leer ni escribir. Ahora la mayor parte de nosotros ha estudiado Bachillerato y, a la vez, disponemos de magníficas universidades, con excelentes facultades en todas las ramas, o escuelas de Formación Profesional.

Nuestra biodiversidad es enorme. Al margen de parques nacionales en los que mantenemos animales en riesgo de extinción o de desaparición, nuestro ecosistema es un lugar donde especies de otros lugares viajan cientos de kilómetros para pasar un tiempo en él.

Diría que nuestra capacidad de emprendimiento es extraordinaria. Yo vivo en Alicante y en esta provincia hay excelentes empresas que se dedican al juguete, al zapato, al papel, al mármol, a las alfombras, a las especies, al chocolate, al helado y el turrón, e incluso a cultivos de uva o granadas. Y un punto fuerte es el Turismo. Algo debe tener de bueno nuestro país cuando todos los años millones de turistas nos visitan y, una vez que lo han hecho, desean alargar su estancia aquí y otros muchos se plantean poder volver en el futuro. De hecho, en esta provincia hay algunos pueblos en el que se han afincado tantos extranjeros que son más, en número, que los nativos.

Siempre he dicho que vivir en España es ser muy afortunado. Hacerlo en la costa mediterránea aún más y, si es en Alicante, diría coloquialmente que “es lo siguiente”. Aquí, si vives en una zona donde la luminosidad ambiental por la noche es baja, puedes contemplar bellas y brillantes estrellas o la luna.

Diría que incluso tenemos un lenguaje bellísimo. Muy rico en palabras, con las que podemos expresarlo todo. Que muchas son muy bonitas y, por otra parte, con una pronunciación sencilla. Algo que no le sucede a los que hablan inglés o francés. Y eso que aún puede enriquecerse más, porque aquí hay quien habla euskera, catalán o valenciano en esas comunidades o panocho en Murcia.

Puerto de Alicante al anochecer. Fotografía de Bearfotos (Fuente: Freepik).

Para finalizar diría que en España, además de los sabores tradicionales, que pueden ser dulce, salado, insípido o amargo hemos añadido uno más. Es el sabor «umami», que es el que nos proporciona el comer jamón de cerdo ibérico. Algo que no es posible en otros lugares.

Y aún hay algo más que añadir a nuestra suerte y es que podemos disponer de más tiempo de vida que en otros países, somos los homínidos más longevos, aquellos cuya esperanza de vida es mayor. Concretamente, si se es hombre, hasta los 78 años, y si se es mujer, hasta los 84 años. Eso de media. Lo que quiere decir que muchos superarán los cien años.

Nosotros consideramos sociedades muy consolidadas las formadas por suecos, noruegos, daneses o finlandeses, pero la realidad es que allí viven a oscuras la mayor parte de las horas del día. Por otra parte, en esos países el número de muertos por agresiones machistas es mayor que en España y también el número de suicidios.

No valoramos bien lo mucho que tenemos.

Jaime Merino

Excatedrático de Patología General de la UMH y exjefe del Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario de San Juan de Alicante

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  • Bienvenido a Hoja del Lunes, querido doctor y catedrático, con este artículo que dice verdades como puños, pero al que le encuentro ausencia de otras verdades como puñetazos. Yo me creo optimista, pero a su lado, soy una Magdalena y no precisamente llorando a los pies de Jesús, aunque bien que me gustaría imitarla. Gracias por lo que dice y cómo lo expresa. Un fuerte abrazo.