Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Balones a la olla

El tamaño sí importa

Un jugador del Hércules CF en momento de ataque durante el partido contra el Cornellá. Foto: Hércules CF
Un jugador del Hércules CF en momento de ataque durante el partido contra el Cornellá. Foto: Hércules CF
El Hércules venció al Cornellá, uno de sus rivales directos, en el enfrentamiento de este pasado sábado por un tanto a cero. Pudo haberlo hecho con mayor holgura y comodidad, hubo un gol anulado muy dudoso y otro más que se llegó a cantar pero que no se definió. También es cierto que lo pasó muy […]

El Hércules venció al Cornellá, uno de sus rivales directos, en el enfrentamiento de este pasado sábado por un tanto a cero. Pudo haberlo hecho con mayor holgura y comodidad, hubo un gol anulado muy dudoso y otro más que se llegó a cantar pero que no se definió. También es cierto que lo pasó muy mal en alguna fase de agobio que se vivió a lo largo de la segunda parte, cuando el conjunto catalán prácticamente embotelló a los blanquiazules, al perder el control del centro del campo. El gol herculano fue lo más parecido a una obra de arte, como obras de arte plásticas y estéticas fueron hasta tres paradas del meta local Falcón. Al final victoria local y tres puntos que permiten entrar de nuevo en el grupo de promoción de ascenso tras varias jornadas fuera. Pero pasaron muchas más cosas.

Hércules 1 – Cornellá 0

Un jugador del Hércules CF en momento de ataque durante el partido contra el Cornellá. Foto: Hércules CFExiste una leyenda urbana que dice «el tamaño no importa». Por contra otras voces dicen que sí importa, y otras dicen que lo que importa es quedar bien. Se presentó en Alicante un arbitro aragonés, Usón Rosel, que haciendo gala de la fama de terquedad, obstinación y tozudez, que tienen los maños, decidió que las áreas del Rico Pérez no guardaban las distancias correctas y adecuadas. De tal forma que dedujo que había que ensanchar las áreas, un metro de anchas y cincuenta centímetros de largas. Por unos centímetros más o menos, exigió que se volvieran a pintar como él decía. Es evidente recordar que esa cal, sobre ese césped, es la misma durante muchos años. Se han disputado partidos internacionales, el último un femenino hace poco más  de un mes, encuentros internacionales, partidos de Copa del Rey, y muchos otros. La meticulosidad o capricho del árbitro supuso que el partido se debiera retrasar durante media hora. En vez de comenzar a las siete se inició a las siete y media. Lo nunca visto. Todo ello teniendo en cuenta que en la categoría, Segunda B, hay campos de césped artificial infames, otros de dimensiones inadecuadas que rayan lo permisible, y otros que son verdearas conejeras. Algo inaceptable y difícil de asumir en Alicante, donde toda la infraestructura es de Primera División, y algo más. El trencilla de turno insulta y ofende a todos los compañeros del colectivo arbitral que antes habían pasado por el estadio herculano, y no habían reparado, no solamente esta temporada, sino desde hace muchos años. Esas líneas y esas dimensiones, estaban donde habían estado toda la vida. No era nada nuevo. Todo se retrasó media hora más, y con el frío que hacía. Tal es así, que cuando el trío arbitral salió a calentar, parte de la afición les recriminó su tardanza, les gritó, por no llegar antes, y les censuró no saber llegar a Alicante. Nada más lejos de la realidad, todo tenía que ver con la meticulosidad de este árbitro aragonés, que se sacó de la manga unos centímetros de más o de menos. Está por ver si esto mismo lo hace todas las semanas en esos campos de Dios.

Lo del sábado termina con los calificativos, pasa del sorprendente, chocante o paradójico, para entrar en la verdadera esquizofrenia.

Nada de lo que le sucede al Hércules es normal, será por ser el propio Hércules. En Lérida, nos llamaron «españoles de mierda»; en Valencia no permitieron entrar a la afición alicantina, carné de identidad en mano, si no eran nacidos en pueblos de la provincia de Valencia o la propia capital; contra el Ebro, nos robaron dos penaltis a favor claros; frente al Castellón, hubo una batalla campal, por parte de radicales rivales que nos agredieron…Y así suma y sigue.

Si hablamos de fútbol, hay que decir que tras una primera media hora de dominio local, pero sin profundidad, y con una gran parada a bocajarro de Falcón, llegó el gol del Hércules, en algo parecido a una obra de arte. Tras botar de forma defectuosa un saque de esquina el Cornellá, salió el Hércules a la contra, controló el balón Alfaro, con el Cornellá volcado en el área herculana, esperó a que Chechu Flores no pisara el medio campo para evitar el fuera de juego, y entonces le lanzó un balón largo. Chechu controló, galopó, encaró al portero, lo dribló, lo sentó, se escoró a la derecha y empujó a la red raso. Si lo pueden cazar por Internet y volverlo a ver, no se lo pierdan.

Tras el descanso, el Cornellá se hizo amo del partido y llegaron los peores momentos, pero el Hércules espabiló en el último cuarto. En el minuto setenta se cantó gol, Chechu no pudo definir con la izquierda, se cantó el gol, pasó cerca del poste. En el minutos setenta y ocho, tras una jugada bien trenzada de toda la delantera, define Pol Roigé, y se le anula el tanto por fuera de juego, que no lo era. Parece mentira que el arbitro aragonés, que también supo medir las áreas al comienzo, no midiera esa pequeña diferencia, que va del fuera de juego a la posición legal. En el ochenta y dos la defensa herculana saca el balón desde la misma línea de gol, y un minuto después de nuevo gran parada de Falcón.

Acabó el Hércules embotellado. Pudo ganar de forma más holgada y aunque pudo empatar o perder, no hubiera sido justo. Cierto es que la victoria de ayer tiene dos artífices, Chechu Flores, por su obra de arte y Falcón por sus espectaculares paradas.

En sala de prensa el entrenador local, Lluis Planagumá, elogió el oficio de su equipo, puso a Falcón de ejemplo de sacrificio y profesionalidad, reclamó el gol anulado por fuera de juego, y de forma irónica, alabó al árbitro por hacer su trabajo y labor en la medida de las áreas, pero reivindicó el mismo celo y meticulosidad en todo aquello que nos quitan y no nos dan. Mucha atención para algunas cosas y apenas celo para otras.

El próximo partido frente al Levante B. Habrá que estar atentos a la hora de comienzo del partido. En principio se anuncia domingo, día veinticuatro, a las doce del mediodía, pero igual lo retrasan media hora, o una hora, o lo pasan a la tarde, o lo cambian al domingo.
¡BUENO, AUNQUE ESAS COSAS SOLAMENTE PASAN EN ALICANTE!

Ferrándiz

Se puede ser de equipos muy grandes, muy famosos, ganadores de muchos títulos, pero nosotros somos del Hércules. Modestia y orgullo pueden ir de la mano. En nuestro corazón habita ese pálpito blanquiazul. Sentimos al Hércules, como sentimos la Explanada, el Postiguet o la Cara del Moro. Macho Hércules.

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