Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Opinión

El (otro) barrio olvidado

Perspectiva de San Antón desde la ladera del Benacantil (Fotografía: Toni Gil).

Wikipedia nos ilustra al respecto del de San Antón, en la ciudad de Alicante:

“[…] es un barrio de la ciudad española de Alicante. Limita al norte con el barrio de Carolinas Bajas; al este con el barrio de Raval Roig-Virgen del Socorro; al sur con el barrio de Casco Antiguo-Santa Cruz; al suroeste con el barrio del Centro; al oeste con el barrio del Mercado; y al noroeste con el barrio de Campoamor. Según el padrón municipal, cuenta en el año 2022 con una población de 2407 habitantes (1247 mujeres y 1160 hombres) […] Comenzó a formarse en el siglo XVII, a extramuros de la ciudad, en la ladera del monte Benacantil. Ayudaron a su crecimiento las construcciones del Hospital Nuevo y la Casa de la Misericordia en el siglo XVIII, convertida esta última un siglo después en la Fábrica de Tabacos, que empleó a 4000 mujeres. Tras su derribo en la Guerra de la Independencia y su reconstrucción posterior, las nuevas urbanizaciones ejecutadas en el siglo XIX, y la creación de espacios como el parque de Quijano y los jardines de Campoamor, lo dejaron completamente integrado en la ciudad […]” 

Un dato interesante es el relativo a su población: en 2011 tenía 2240 habitantes, lo que evidencia un crecimiento realmente moderado. Pero… ¿cuál será el porqué de su escaso recorrido?

Hoy esta barriada está flanqueada por la calle San Vicente, al oeste; por los muros de Las Cigarreras (calle Cuesta de la Fábrica), al norte; y por la moderna avenida de Jaime I (este y sur), hasta su enlace en vértice con Alfonso el Sabio, las laderas del Benacantil, constituyendo un acceso al centro de la ciudad desde los barrios más al norte. Se puede ver una fachada inacabada, donde perduran solares —alguno convertido en aparcamiento— sin que parezca que haya movimientos constructivos; dudo que haya alguna obra en el interior de este trapezoide urbano, aparentemente sin actividad, y que muestra estructuras y materiales en espera de ser acabadas.

Uno de los muchos solares en venta en el barrio San Antón de Alicante (Fotografía: Toni Gil).

El barrio, casi todo en casas de poca altura, es de un recorrido amable, pues su circulación es escasa; su cercanía al centro y al mar le ha hecho contar con una docena de instalaciones de hospedaje turístico (B & B), pero prácticamente no hay comercio, algún que otro taller y, eso sí, un montón de solares en espera e iniciativas inmobiliarias.

Con la escasa —escasísima— oferta de viviendas sociales, y dadas las enormes reservas con las que parece que cuenta nuestro Ayuntamiento —más de cien millones de euros— no estaría de más promover su construcción en este entorno urbano. Un siglo y pico después no debe permitirse que parezca que está dormido, o simplemente olvidado. Se me han ocurrido a bote pronto algunas ideas —sin ser en esto nada experto— que aporto al nuevo concejal de Urbanismo —el anterior era de Ciudadanos y no parece que hiciera honor a la denominación de su partido—:

  • Una: Declaración del barrio como zona de urgente actuación. Seguro que hay alguna figura jurídica que lo podría amparar, al efecto de las siguientes actuaciones.
  • Dos: Todos los solares que no presenten proyectos de edificación en el término de equis meses conllevarán un sobrecoste de la contribución urbana del nosecuantos por cien. Además tendrán que ser vallados de obra, y sus muros decorados (grafitis artísticos).
  • Tres: (Que todo no tiene que ser negativo): La construcción de viviendas sociales no conllevará, durante los próximos cuatro/cinco años, de ninguna clase de impuestos para sus promotores y adquirientes. Las que no se ajusten a estos cánones también llevarán reducciones impositivas.
  • Cuatro: (Sigo con lo positivo): El Ayuntamiento subvencionará la construcción de viviendas sociales con varios miles de euros y, en este caso, controlará su adjudicación a familias y jóvenes que las necesiten.
  • Cinco: (Otra opción): Los solares que no presenten proyectos en el plazo de cinco años serán expropiados por el Ayuntamiento, por un justiprecio, y éste promoverá, a través del Patronato de la Vivienda, su construcción directamente.
  • Seis: Todos los comercios que se instalen —nuevos— en el barrio tendrán una reducción en el IBI, recogida de basuras, etc. durante un periodo de equis años. También las reformas y ampliaciones destinadas a dotar de más servicios al entorno.
Solar en el barrio de San Antón de Alicante decorado a modo de jardín por los vecinos (Fotografía: Toni Gil).

Probablemente sea todo lo anterior una reacción mental producida por algún virus, que me ha producido el andar por entre sus calles. Es la parte negativa que tiene recorrerlas a pie —lo que no suelen hacer alcalde y concejales—, así que me disculpen por tener ideas virulentas.

Empero, yo seguiré recorriendo mi ciudad.

Toni Gil

Periodista.

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