Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Opinión

Viejas y sabias reflexiones

Fotografía: The Nigmatic (Fuente: Unsplash).

Caro Ignoto/Querido desconocido:
Hoy me he sentido un poco meditabundo, ligeramente triste y un tanto depresivo y enfadado tras una charla dialogal con uno de los que sigo teniendo como gran amigo, me ha dicho cosas que nunca podría pensar que algún amigo podría decirme, no porque fueran o no verdad, si no porque estaban fuera de lugar y de momento. Él mismo se ha dado cuenta que me hacían daño. Es por ello que he pensado por mi parte hacerte a ti, caro ignoto, estas otras reflexiones que de una manera u otra ya fueron dichas o expresadas por aquellos sabios griegos y romanos, que las tomaron de otros sabios anteriores a ellos y que nos las fueron trasmitiendo, muchas veces endulzadas con principios judaicos y en otras de ellas con evidentes criterios cristianos. Te reseñaré algunos de estos consejos para que, teniéndolos en cuenta, seas lo más feliz que puedas en tu vida cotidiana:       

Uno de ellos, y muy principal, en ocasiones y cuando hables, ten en cuenta no vivir dando siempre tantas explicaciones a los demás, pues, los amigos no las necesitan, los enemigos no las creen, y los estúpidos o imbéciles, la mayoría de las veces no las van a entender.

Fotografía: Jason Blackeye (Fuente: Unsplash).

Por tu parte, conociéndote y sabiendo como eres, he de decirte que, ser buena persona no significa que hay que dejarse pisotear por los demás; pues, si un día siendo como eres, o como quieres ser, te hartas de que no te valoren, te menosprecien o simplemente te descalifiquen, o te traten mal, coge, y sin decir nada a nadie, de lo que es, ha sido, o lo que era, te alejas de todo ello, y punto y aparte…

—No pierdas nunca tu autoestima. Valórate de vez en cuando con las obras que vayas haciendo, por aquello de conocerte a ti mismo.

—El fracaso es solo la oportunidad de comenzar de nuevo de forma más inteligente lo que haces, o vayas a hacer de nuevo… Y no digas a nadie de lo que es, era o había sido, sino comienza tu obra nueva como si fuera la definitiva para toda tu vida.

—Las sonrisas son tan poderosas como cualquier medicina. y tan mágicas como cualquier hechizo.

—Solo el que sabe es libre, y más libre el que más sabe.

—El éxito en la vida, no se mide por lo que logras, sino por los obstáculos que superas.

—El tiempo que se disfruta es el verdadero tiempo vivido.

Fotografía: Austin Neill (Fuente: Unsplash).

—Si alguien pudo hacerlo, yo también puedo. Y si nadie pudo, yo seré el primero.

—Al final del día, podemos soportar más de lo que creemos.

—Lo maravilloso de aprender algo es que nadie puede arrebatárnoslo.

—Solo se vive una vez, pero si lo haces bien, una vez es suficiente.

—Debemos dejar ir la vida que hemos planeado para sí aceptar la que nos está esperando.

—No olvides que en muchas ocasiones y a veces, las personas se fijan en todos los errores que cometes, pero nunca, en todo lo que haces o has hecho por ellas.

—Muchos quieren sinceridad, pero cuando el sincero habla, todos se ofenden. Le eluden, le rehúyen y, en ocasiones, hasta le ofenden.

—Si algo me queda claro es que también puedes amar en silencio, extrañar sin gritarlo, enamorarte sin contarlo y ser feliz sin publicarlo.

—Nunca dejes de hacer algo porque pienses que es tarde… nunca es tarde para mejorar. Ya sabes lo del dicho: “Nunca es tarde si la dicha es buena”.

—La verdadera amistad es aquella que, el recuerdo no borra, la distancia no separa, y el mal no destruye.

—Ten paciencia, no te apresures. Hay tiempos que nos hacen preguntas y otros que nos dan respuestas.

Fotografía: Benjamín Davies (Fuente: Unsplash).

—Si eres feliz, come, ríe, baila, ve fotos, haz lo que quieras.  La gente infeliz siempre va a criticarte.

—Lo bueno de ser sincero y decir las cosas a la cara, es que disminuyen las sonrisas frígidas, y los saludos hipócritas.

—La lógica de lo que estás leyendo es pura filosofía matemática, que te lleva del punto A al punto B; sin embargo, la imaginación lo hará, a cualquier parte.

—Exitoso es aquel que construye su propio castillo con las piedras que le lanzaron los amigos o enemigos, para verle caer.

—Nos pasamos la vida esperando a que pase algo y lo único que pasa es la vida.

—La vida no siempre son trenes a los que hay que subir, a veces son estaciones en las que hay que bajar. Si estás atravesando un mal momento, sigue caminando; lo malo es el momento, no tú.

  (Senelogscriptos –A 20M/8L19).

Ángel Mota López

Licenciado en Medicina y Cirugía en 1969, por la Universidad de Valencia; diplomado en Sanidad Pública Nacional, Gerencia de Jefes de Servicio, Estudios Clínicos Controlados y RCP; titulado en Especialista en Medicina Interna y Especialista en Medicina Intensiva y Máster en Gestión y Dirección Hospitalaria.
He realizado docencia para posgraduados en la Unidad de Cuidados Intensivos entre 1982 y 1987 en el Hospital de Elche y en la facultad de Medicina de la Universidad de Alicante y he dirigido cursos de RCP y el I Curso de Medicina de Urgencias, entre otros. Además, he sido profesor del Máster de Urgencias de la Universidad de Alicante entre 1989 y 1992.
Fui jefe de sección de UCI en el Hospital General de Elche hasta 1993, año en que pasé a ser médico jefe de Servicio de UCI, siendo también miembro de la Junta Facultativa de dicho hospital y exdirector gerente-médico del Hospital General Universitario de Alicante y fundador de la Sociedad Medicina Intensiva del País Valenciano (SMI-PV).
Fui nombrado Hijo Predilecto de Pinarejo (Cuenca) en 1998 y Alicantino de Adopción en mayo de 2019. En junio de 2019, el Colegio de Médicos de Alicante me entregó un diploma conmemorativo por haber cumplido 50 años de profesión médica.

3 Comments

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  • Gracias Ángel, querido profesor y amigo. Reflexiones fundamentales para una vida feliz. Ya lo dijo Unamuno, la cultura es libertad. Y la libertad es felicidad. ¡Al grano!
    Un abrazo.

  • Estimadísimo Ángel, ni ignoto, ni desconocido: tus reflexiones son socráticas, senequistas y hasta agustinianas. Te ha faltado traer a cuento aquella máxima de San Agustín: «ama y haz lo que quieras» (‘ama et fac quod vis’). Si verdaderamente amamos, no podemos hacer nada malo. Te pido perdón por mi atrevimiento. Un cordial saludo.

  • Querido Ángel:
    Han transcurrido cincuenta años desde el bendito instante que te conocí…., por supuesto una vez que superé el coma,gracias a la providencia divina puesta en tu mano profesional y competente.
    Años en los que has compartido el sentimiento de amistad con humanidad,generosidad y espíritu fraterno….. Testimonio permanente que has ido sembrando y que ha dado sus frutos positivos en las circunstancias que vivo cada día,GRACIAS A TI.
    Un abrazo.