Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Al paso

Bárbara Rey en un país exhibicionista de compra-venta repugnante

Fuente: https://www.atresplayer.com/
Llaman 'docuseries' televisivas a engendros como el que hicieron con Rocío Carrasco y ahora intentan con Gloria Camila.

Lo titulan ‘Una vida Bárbara’, pero es una barbaridad en el peor de los significados de palabra ‘bárbaro’ y sus derivados. No dejan títere con cabeza, como ocurrió con otra serie televisiva en que la protagonista era Rocío Carrasco, pero no sólo por ella sino por su madre, la gran Rocío Jurado, que queda maltrecha, como maltrecho quedaba Ortega Cano y ahora parecen intentarlo con Gloria Camila, la otra hija de la Jurado y de Ortega Cano, un torero que fue bueno, pero que nunca parece que habrá pagado malamente el precio de ser famoso por méritos propios, por consorte y por padre, aunque sea adoptivo.

Resucitar las horrorosas vicisitudes de la vida de Bárbara Rey con Ángel Cristo, las maltrechas y hasta criminales acciones del domador circense; los malos tratos viles y continuados del personaje a la que fue su mujer, también famosa; hechos duros y lamentables, pero que sucedieron hace treinta o cuarenta años; sacar a relucir acontecimientos íntimos y terriblemente vergonzosos para una persona muerta y presentarlo como un ejercicio de valentía de la infamada, dañada, maltratada Bárbara Rey, es un ejercicio muy extraño que sería terriblemente vergonzoso si detrás de todo este espectáculo televisivo hubiera negocio; si hubiese dinero por medio. Y es lo lógico, como lo hubo en el clan Carrasco-Jurado.

Lo del ‘maldito parné’ habla de lo goloso que es el dinero. Días atrás se hablaba (se volverá a hablar de nuevo) de la ‘gestación subrogada’ y algunos dijeron que sería menos condenable y hasta positivamente legislable si no hubiera ‘compra’ del vientre de alquiler. Hay cosas malas por sí mismas, que no son éticas, haya dinero por medio o no.

El dinero sería un agravante en todo caso. Y es lo que yo pienso de la ‘docuserie’ de Bárbara. Si hay dinero por medio, por más que lo quieran disfrazar, casi, de noble y purificador gesto heroico de la famosa para que se sepa la verdad de lo que ocurrió, malo, malo, que huele a chamusquina. Además, se les escapa a algunos ‘periodistas del corazón’ que los malos tratos de Cristo a Bárbara fueron conocidos cuando ocurrieron, pero que nadie hizo nada por Bárbara ni contra Ángel Cristo.

Bárbara cuenta con la complicidad de amigos y amigas, alguna(os)s verdaderamente singulares, que se prestan a compartir intimidades que no deberían, creo yo, ser aireadas a los cuatro vientos. Una supuesta periodista del corazón alardeaba de una noche loca de sexo entre ellas y acaso con tres personas más, algunos varones. Lo mismo se ciscan (con toda razón, pero no hay porqué contarlo) en las violaciones de Ángel Cristo en los años 80-90, que se refocilan en noches orgiásticas mucho más recientes y que tampoco hay porqué pregonarlas. Bárbara y Ch. han contado su ‘noche de amor’ en la que además de ellas estuvieron presentes tres hombres: J. M. P., un actor argentino y otro catalán.

Todo amor libre. Se supone. Acaso ‘poliamor’. Llaman amor al sexo y reiteran (incluso en el anuncio televisivo de la serie) que con su cuerpo hacen lo que quieren. Guarrada tras guarrada (perdón, amor tras amor). En este país estamos progresando adecuadamente. No hay que olvidarse de la pornografía. Leo que se ha hecho otro profundo programa (acaso más ‘docuserie’) sobre los comienzos del cine porno en nuestro país y los méritos de ciertos sujetos y sujetas para llevar a ese tipo de cine a las más altas cimas del arte (¡¡¡!!!).

En este país no somos más imbéciles porque no podemos, aunque lo intentamos. Las cotas de subnormalidad son difícilmente superables. Invertimos dinero y ¿talento? en autodestruirnos. ¿Que también pasa en otros países de nuestro entorno? El mundo se ha vuelto loco y con razón hay quien quiere irse a vivir a Marte. Que esa es otra. Nos estamos gastando millones y millones en buscar una improbable o imposible vida mejor en Marte mientras destrozamos sin cesar este hermosísimo planeta Tierra. Lo que digo: hemos perdido el juicio.

Posdata

Una de las defensoras de la ‘docuserie’ llama valiente a Bárbara por esta ‘frase desgarradora’: “Me violaba, me escupía en la cara y me llamaba puta”. Y añade la ‘periodista del corazón’: “La vedette se derrumbó durante su relato sobre su entonces marido”. Para luego añadir que ha hecho frente, con éxito, a un gran reto (¡¡¡!!!).

Adenda

Sofía Cristo, descontenta con su madre. A la hija de Cristo y Bárbara Rey, a sus 42 años, no le ha gustado que su madre se haya desmadrado contando en la tele cosas desagradables que sucedieron en los años 80 y 90 y que destrozan, más si cabe, la pésima imagen del padre muerto en 2010. “Sólo quiero que mi padre descanse en paz; me quedo con lo bueno”. Una chica juiciosa que lleva diez años lejos de la droga y del alcohol: “Mi única droga ahora es la música”. Esperemos que el mundo del ‘famoseo’ no pueda con ella. Todo Occidente se está convirtiendo en un lodazal donde sólo priman el sexo y el dinero y se destruyen todos los principios del humanismo cristiano que hicieron grandes a Europa y al mundo occidental.

Ramón Gómez Carrión

Periodista.

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