Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Trescientas... y pico

El espectáculo ya está aquí

Fuente: Telemadrid.

Hay como algo impúdico, de feria de las vanidades, de mercadillo a pie de playa, de show televisivo, de isla de las tentaciones. Unos esperan inútilmente el momento que nunca llega, otros aparecen y están solo un rato, algunos, los más afortunados y sigilosos, aguardan agazapados, asoman a última hora y misteriosamente se quedan ahí para siempre.

Ana Barceló y Eduardo Rodríguez (Fuente: @ana.barcelo.alicante en Instagram).

Se buscan, sobre todo, rostros conocidos, mejor gente con ascendencia en el mundo de la fiesta, del deporte, de ese tipo de ambientes, acaso con algún título universitario para completar el dibujo, pero sobre todo que queden bien en el Instagram, quizás porque casi todo —incluida la política— es cada vez más puro espectáculo, un desfile interminable de modelos que pisa una alfombra que oculta más que deja ver.

Los partidos políticos andan enfrascados estos días —bien lo sabemos— en la elaboración y presentación en sociedad de quiénes serán sus principales candidatos, sus candidatas, ese complemento necesario que debe acompañar al líder o lideresa, que de eso parece va la cosa, de líderes y lideresas. Personas todas ellas que están destinadas a dirigir nuestras instituciones, o hacer de oposición según el caso. Y lo hacen casi siempre a cuentagotas, a modo de thriller sin final, como si el medio fuera el mensaje al modo que lo predijera el filósofo McLuhan surfeando espuma de mayo del 68, como si el cascarón fuera lo relevante y con el escueto ropaje argumental de frases del tipo “voy a luchar por mi ciudad”, “me voy a partir el alma”, “estoy aquí porque amo a esta tierra”, “quiero devolver a mi ciudad una parte de todo lo que me ha dado”…

Ana Poquet (izquierda), Luis Barcala y Rocío Gómez (Fuente: @12tv_es en Twitter).

El proceso, su exposición mediática, tiene todo el aspecto de espectáculo de celebrities donde todo —parece— se compra, todo se vende, de juego de tronos de agraviados y beneficiados, y donde se malbaratan las traiciones hasta la indecencia con esas improvisadas pasarelas de última hora en las que se abandonan unas siglas sin futuro por otras prometedoras de luces y abalorios.

Algunos —ciertamente— aparecen un día en esa lista, en eso que eufemísticamente llamamos puestos de salida, y un par de días más tarde se han esfumado al fondo del armario para dejar sitio a nombres con más tirón, de más relumbrón, poco importa la consistencia personal, intelectual de unos y de otros.

Silvia Castell y Ana Barceló (Fuente: @ana.barcelo.alicante en Instagram).

Mientras todo eso sucede, mientras el espectáculo con ese cierto aroma de trile, con ese diabólico poner y quitar sin explicación y razón pública alguna, de mostrar y retirar, la vida de afuera, los problemas de siempre, la vivienda, los salarios de pobreza, el urbanismo, la cultura, el cambio climático, la movilidad, la desigualdad creciente, el bazar del juego que atrapa a la juventud antes de ser juventud, sigue medio oculto, aguarda y espera su momento, porque lo más importante ya no es acertar sino, mejor, no equivocarse, reducir el riesgo.

Y es que deber ser que lo de estos días, el espectáculo de la interminable presentación de las candidaturas, es en realidad la parte más relevante de toda campaña electoral, y que lo otro, los programas, el debate sobre la propia ciudad que soñamos, que necesitamos, los problemas que circunvalan nuestras vidas en cada uno de nuestros pueblos, de nuestras ciudades, como que cada vez importan menos y pueden esperar.

Julio Calero (izquierda) y Luis Barcala (Fuente: @12tv_es en Twitter).

Al fin y al cabo éstos —los programas, las acciones de gobierno— eran y son tan escurridizos que casi podrían ser intercambiables unos con otros ya que sus mayores compromisos empiezan casi siempre con verbos tan evanescentes y fluidos como apoyar, impulsar, estudiar, potenciar, mejorar… Así que, lo importante, casi lo único relevante, ya lo sabemos, es que el espectáculo de las candidaturas gire y gire sin parar, a ser posible hasta que las luces de la sala entren en penumbra y todo sueño quede reducido a otro pase más de temporada.

Pepe López

Periodista.

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