Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Crianza consciente

Crianza en la naturaleza, educación en valores

Fotografía de Freepik.

Si estás leyendo estas líneas es porque existe un interés o una necesidad en tu interior. Si eres padre o docente o bien pasas tiempo con niños por diferentes motivos, puede ser que:

  • Hayas observado que tus niños tienen necesidades que no se satisfacen en un entorno urbano o que la ciudad se les queda corta, que no hay espacios en los que les veas como pez en el agua. Quizás hayas podido pensar que les cuesta adaptarse o simplemente que, por su forma de ser, les vendría bien un poco más de libertad o un entorno diferente.
  • Es posible, incluso, que hayas podido haber observado ciertas sensaciones en tí mismo, cambios de un tiempo a esta parte. Puede que ahora te observes descubriendo un riesgo donde antes nunca te habías planteado o conectando con el deseo de un lugar diferente para que los niños crezcan y se desarrollen.
  • También puede ser que te haya interesado este tema porque pienses que los niños de tu vida están demasiado alejados de la naturaleza y esto les produzca ciertas incomodidades, por lo que te propongas formas de ir acercándolos a ella mientras les acompañas, suavizando esa distancia.

Mi intención con este texto es transmitirte el mensaje de que la naturaleza es nuestro hábitat por defecto, el lugar del que venimos y para el que estamos perfectamente diseñados y preparados. Es por ello que a muchos niños les cuesta adaptarse a la vida en esta sociedad que hemos creado. Una pregunta que me rondó desde el inicio de mi maternidad es “Si todo lo que yo veo que la naturaleza aporta a un niño durante sus primeros años de vida es tan importante para su desarrollo actual y futuro, ¿cómo es que logramos sobrevivir?”

Obviamente, la raza humana ha demostrado ser muy resistente y cuenta con un gran abanico de recursos para adaptarse pero, al tener que hacerlo desde el inicio de su vida, renunciando a la experiencia de vivir en la naturaleza, son muchas las aportaciones que pierde.

Fotografía de Freepik.

Piensa por un momento en el potencial creativo que ofrecen los materiales hallados en el campo o el bosque de manera espontánea. Son varias las corrientes pedagógicas que se derivan de ello. Sin embargo, un niño que crece en la naturaleza, lo obtiene de manera directa. Fíjate en la cantidad de retos físicos y psicológicos que encuentran mientras trepan un árbol, escalan una pared rocosa o desarrollan alguna de las demás actividades que surgen espontáneamente. Por ejemplo, mientras lo hacen, aprenden sobre los distintos tipos de formaciones rocosas y sobre su potencial de superación.

A mi entender, la aportación de la crianza en la naturaleza desde el punto de vista de la estimulación de las capacidades del niño y del aporte cognitivo, es indiscutible y está claramente apoyado por diferentes ramas de la pedagogía.

Sin embargo, me gustaría ir un paso más allá, invitarte a reflexionar sobre un campo del que todavía no se habla: ¿Te has dado cuenta de que la educación en valores que deseamos inculcar en nuestros hijos también se da de manera inherente mientras se desarrolla su relación con la vida natural?

¿Cuáles son los valores que quieres transmitir a los niños de tu vida? Es posible que alguno de nosotros soñemos con el día en que nuestros niños aprendan a esperar, a ser responsables, cuidadosos, constantes, generosos y respetuosos, que integren que todo conlleva unas consecuencias, que aprendan a trabajar en equipo, que superen el duelo y se conecten con la abundancia para que puedan crecer empoderados y con una sana autoestima. He de decirte que todo esto lo aprenden a través de esa misma experiencia de crecer en la naturaleza, porque todo está ahí fuera, por y para nosotros.

La crianza no es difícil si tienes las condiciones idóneas, lo difícil es vivir adaptados lejos del hábitat original. Un cactus es fácil de cuidar cuando tiene un ecosistema adecuado, sucede lo mismo con un girasol, pero será difícil que alcancen su mejor versión si crecen en el Polo Norte, ¿verdad?

En mi opinión, y según mi experiencia, los niños, como animales mamíferos que son,  nacen conectados con sus instintos y sus necesidades que están más cerca de la tierra que del asfalto. Con esto no me gustaría infundir el miedo de criar niños “Mowgli”, pequeños salvajes inadaptados, sino por el contrario, personas conectadas con su naturaleza y consigo mismas que pueden decidir y actuar desde la conciencia más clara y profunda del ser.

¿Has imaginado alguna vez cómo sería una sociedad formada por individuos conectados con su esencia desde el inicio de su vida?

Merce Pérez

Soy Merce Pérez, trimadre, doula, asesora de crianza consciente y educación emocional, autora de los libros “CONECTADOS. El Arte olvidado de la Crianza Consciente” y “Crianza en la Naturaleza, Educación en Valores”, pero, sobre todo, inspiradora de madres que desean conectar con sus hijos y potenciar el desarrollo de su ser esencial mientras viven la crianza de manera consciente y respetuosa, basada en el amor y la comunicación. Hace trece años nació mi mayor maestro, mi hijo Marcos, un espíritu libre con el carácter de un líder nato. Acompañar su desarrollo desde la confianza y el amor me devolvió como regalo el privilegio de ser el primer testigo de verle crecer con una gran autoconfianza, seguridad y manejo de sus posibilidades. Algunos errores que cometí en el camino también me mostraron el efecto que provocaban. Ahora, con toda mi experiencia y formación, acompaño a familias para que puedan vivir el desarrollo de la mejor versión de sus hijos.

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