Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Trescientas... y pico

La fábrica de sueños

Cine Ideal (Fuente: Archivo Municipal de Alicante).

El titular del periódico de ese día podría muy bien ser de esta guisa: “La Academia anuncia que la gala de los Goya 2026 será en el cine Ideal de Alicante”. Y en el texto que lo acompaña se podría leer algo así: “El anuncio fue realizado por el propio presidente de la Academia del Cine en un acto celebrado en el Ayuntamiento de Alicante y en el que estaba acompañado por el alcalde de la ciudad mediterránea. ‘La decisión —manifestó el presidente— es un reconocimiento del mundo del cine a una ciudad, Alicante, que ha sabido luchar por poner en pie una sala de cine como esta, única en nuestro país, tras veinticinco años cerrada y justo cien años después de su primera inauguración allá por el año 1925”.

Ya sé, ya sé, que soñar es gratis, que el terreno de los sueños es resbaladizo, que, incluso, puede ser un espacio inhóspito para que esa misma realidad mejore, y que muy fácilmente puede ser tildado de naif, de inútil, pero sucede también que esa para muchos imposible realidad soñada sería a día de hoy, pese a todo y a todos, factible. Y que poco o nada tendría que ver con el terreno de lo inalcanzable, lo inasible.

Obras delante del Cine Ideal (Fotografía: Carmen Sánchez Brufal).

Ya sé, ya sé también, que todo parece empujar en sentido contrario. Que el desinterés y la negligente actuación mostrada hasta la fecha por unas y otras administraciones, rayana en algún caso en lo criminal, con los reiterados silencios culposos de unos y las acciones y omisiones de otros, empujan hacia su desaparición como espacio de uso público. Pero Alicante, sus gentes, tienen derecho a creer que la posibilidad de revertir la situación actual, desde que en 2003 cerrara sus puertas, sigue ahí. Firme. En pie. Y todo ello pese al desprecio y maltrato con el que las autoridades locales de un signo y de otro, desde Luis Díaz Alperi a Sonia Castedo, pasando por Gabriel Echávarri o el actual primer edil Luis Barcala, han mirado hacia el histórico edificio de la Avenida de la Constitución.

Así lo piensan al menos y así lo pusieron de manifiesto —la recuperación del viejo cine Ideal como espacio cultural al servicio de la ciudad— Juan Antonio Aparici Maiques y Gonzalo Pons Delgado, ambos miembros de la Plataforma Salvem l’Ideal, en reciente acto organizado por la Asociación Controversia en la sede de la UA bajo el título Cine ideal: ¿Quién lo ha abandonado? ¿y su futuro?

Juan Antonio Aparici Maiques y Gonzalo Pons Delgado con Carmen Sáncghez Brufal (Fotografía: Pepe López).

En sus intervenciones, ambos resaltaron que el edificio, pese a las interesadas informaciones en contrario que pretenden claramente llevarlo a ruina, sigue siendo recuperable para un uso cultural; que su interior, bien que deteriorado —lo podemos ver en la galería del fotógrafo Alex Domínguez del diario INFORMACIÓN— tiene sus espacios interiores, anfiteatros, en pie. Solo faltaría —falta— que quienes tienen capacidad de revertir el despropósito que ha acabado en el presente, se lo crean y se lo tomen en serio, vinieron a remarcar ambos ponentes y la coordinadora del acto Carmen Sánchez Brufal, quienes recordaron a modo de ejemplo la reciente adquisición por parte de la propia Generalitat en Alicante del edificio de Correos en Gabriel Miró o la compra de un edificio junto a la Casa de las Brujas “que, cuatro años después, sigue vacío”.

Interior del Cine Ideal (Fotografía: Alex Domínguez).

No hace mucho, alguien que tuvo mando en plaza, le oí contar que él, junto a otros, había intentado de todos los modos posibles que quien hoy ostenta la Generalitat y aspira a seguir al mando, Ximo Puig, visitara las vetustas estructuras del viejo cascarón de sueños que un día fue el cine Ideal. El objetivo, claro, no era otro que hacer ver al president en vivo y en directo, la dimensión de la obra, la importancia de recuperar para la cultura este espacio junto a su hermano mayor el Teatro Principal en una ciudad como Alicante, acostumbrada al maltrato desde Madrid y Valencia. Era aquella, políticamente, una manera de intentar a la desesperada que quien podía hacerlo lo hiciera.

Juan Antonio Aparici Maiques y Gonzalo Pons Delgado con Carmen Sáncghez Brufal (Fotografía: Pepe López).

Confesaba finalmente esta misma persona, entre muestras de abnegada resignación, que finalmente no lo habían conseguido. Que el presidente nunca encontró un hueco en su agenda para realizar aquella visita en medio de sus muchas idas y venidas a Alicante para vender la imagen de descentralización económica  y política que el Botànic quiere trasladar en la provincia. Y ahí, en esa no visita, en ese silencio, entendió que la batalla de la realidad —el negocio, el mercado, el dinero fácil, la especulación…— estaban finalmente ganando al territorio de los sueños.

En Salvem l’Ideal, una plataforma de gente soñadora, sí, pero también de gente que tiene los pies muy en tierra, lo reiteraron el pasado viernes en el referido acto. “No nos rendiremos. Seguimos pensando que aún es posible”. Escuchándoles —a Juan Antonio y a Gonzalo— se diría que lo suyo no es —solo— el terreno de lo evanescente, que ellos, y quienes viajan con ellos, con trabajo y constancia, están dispuestos a seguir empujando para que ese anhelo se cumpla pese a todas —y son muchas— las fuerzas que hacen fuerza en contrario.

Y, también, para que un día la crónica sobre la recuperación de uno de los mejores espacios culturales que ha dispuesto la ciudad, uno de los hitos arquitectónicos más singulares de aquella época que aún quedan en pie en el país, pueda ser el pórtico cierto y verídico que dé pie a que el titular del principio —La Academia anuncia que la gala de los Goya 2026 será en el cine Ideal de Alicante—, pudiera tener un epitafio como este: “Esto demuestra —dijo finalmente el presidente de la Academia— que la fábrica de sueños que es el cine, también sirve, a veces, para mejorar la vida y la realidad de nuestras ciudades, de nuestras gentes. Que el sueño, los sueños, no solo están dentro, sino también fuera de las salas, en la calle. Justo muy cerca de aquí donde ahora mismo estamos sentados”.

Pepe López

Periodista.

4 Comments

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  • Gracias por el articulo, que nos recuerda el abandono. El edificio del cine Ideal, obra del arquitecto Juan Vicente Santafé, probablemente sobre los años 20 del pasado siglo, es una joya del modernismo arquitectónico alicantino. No sé que piensan los arquitectos, que piensa el Colegio de Arquitectos de Alicante. Mientras otras ciudades restauran sus mejores inmuebles, véase Málaga, sin ir mas lejos, Alicante -léase sus dirigentes- han dejado caer toda una historia. No solamente tenemos el ejemplo en el Ideal o en otros edificios emblemáticos. La muralla que rodea la plaza de Calvo Sotelo, del XIX, está que da pena. El monumento a Maisonnave, sucio y apagado. La Cruz de los Caídos, olvidada. La fuente de Luceros, expuesta sin remedio al bombardeo de las mascletás (que bien pudieran celebrarse en la playa del Postiguet, digo). Etc. Esto, en una ciudad 100% turística.

    • Francisco muy interesante la información que aportas sobre la historia del cine Ideal y de Alicante y del maltrato que la ciudad hace a su propio patrimonio en… Lo de Málaga es recurrente, sí, pero también en este terreno al menos -el de rehabilitación de su patrimonio- esto es algo en lo que esta ciudad debería mirarse de vez en cuando y más en momentos de duda como este de ahora con el cine Ideal. Seguramente justo ahora que se acercan otras elecciones municipales y autonómicas es posible que estemos en la última o penúltima venta de oportunidad que evite el desastre.

  • Hola, Pepe:
    Escribo desde el Festival de Málaga, lo que daría pie a un sinfín de reflexiones.
    Pero ciñéndome a una cuestión estrictamente técnica, la gala de los Goya necesita un aforo mínimo de 2.000 butacas. Luego el sueño del Ideal queda volatilizado incluso en el mejor de los escenarios.
    Lo de la cultura de Alicante no tiene nombre. La semana pasada organicé en la Sede de la UA un tributo a Luis de Castro y Carlos Mateo. Al primero vinieron 6 y al segundo 10. ¿Me tienen manía a mí, a Luis, a Carlos, llovía, o había partido de fútbol en la tele? Todo lo que diga es poco. Pero no olvido. Conservo 40 años de anécdotas para contar.

    • Gracias Antonio por tu comentario…el comienzo de tus palabras ya lo dice casi todo y casi sobran los comentarios… lo de los premios Goya está relatado a modo de metáfora, de sueño si se quiere, como hipérbole de lo que pudo ser, no como horizonte necesariamente posible… entiendo que, técnicamente, como dices sería muy complicado pese a las 1.500 butacas que creo tuvo el Ideal en sus mejores años, pero esto -los Goya- sería casi una cuestión secundaria, seguro que habría otros muchos proyectos, iniciativas que serían posible allí…lo importante, lo relevante, es que volver a que este espacio estuviera al servicio de la ciuda sería una demostración de que la demanda y la lucha vecinal no siempre finaliza con el triunfo del dinero… y que los sueños también son posibles por difíciles que parezcan.