Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Haciendo amigos

Los malos de la película

Antonio Fernández Valenzuela —izquierda— (Fuente: Alicantepedia) y Manuel Peláez Castillo (Fuente: Fundación Manuel Peláez).
Empresarios que dejaron de ser admirados emprendedores para pasar a ser lamentables explotadores, capitalistas y ricos y, por supuesto, fachas de la peor especie. La visión que se ha trasladado últimamente de este colectivo es lamentable, insultante, impresentable pero, sobre todo, es mentira

Los empresarios, esos seres ávidos de dinero, mercantilistas y avaros cual tío Gilito; esos que dicen que se despiertan pronto y se acuestan tarde, pero que en realidad están todo el día de juerga; esos a los que les gusta más el canapé y las reuniones que currar, que para eso están los trabajadores. Encima, se quejan de pagar impuestos directos, indirectos y mediopensionistas, de tener que casarse con cada empleado/a que contratan, cuando lo que tienen que hacer es devolver con creces a la sociedad lo que se han currado ellos mismos.

Empresarios que dejaron de ser admirados emprendedores para pasar a ser lamentables explotadores, capitalistas y ricos y, por supuesto, fachas de la peor especie. La visión que se ha trasladado últimamente de este colectivo es lamentable, insultante, impresentable pero, sobre todo, es mentira.

Llevo más de 30 años en mi empresa de comunicación y he conocido gente como Manolo Peláez, Justo Quesada, Ramón Pajares, Antonio Fernández Valenzuela, por nombrar solo a los que no están aquí, y cualquier parecido con lo dicho anteriormente es falso. Se dejaron la piel, y mucho más.

Creo que los empresarios simplemente huimos de la miseria y, si nos va bien, es con mucho esfuerzo. Muchos son gente que nadie quiso contratar o apoyar y se buscó la vida por su cuenta, otros muchos no lo consiguen y son muchos más de los que sí triunfan. Vamos, como para encima perseguirlos e insultarlos. Por muy grande que seas siempre, cada paso que des podrás ser juzgado por cualquier cagamandurrio. Así es que puedes ser mal español, poco patriota, si tomas cualquier medida que no mole al poder establecido.

Echar la culpa al empresario sale a cuenta, ya que siempre seremos minoría absoluta, y eso los “tezanillos” de turno lo saben bien. Pero todo un presidente del país debe elevar el tiro, estar por encima de lo mundano, debería felicitar y valorar los logros y ayudar a que las empresas estén aquí con las políticas necesarias de atracción y fidelización que se deberían exigir a un Gobierno de un país.

Pero por hacer amigos les confieso que yo, si hubiera tenido la decisión del señor de Ferrovial, no me habría ido a Países Bajos, por honrar la memoria de los tercios de Flandes, de nuestra historia en esas antiguas colonias y, sobre todo, por el “sobo” que les dimos en la final del mundial de Suráfrica. Hay cosas que deben estar por encima del beneficio, aunque en la empresa, a veces, se pierda esa perspectiva.

Mi buen amigo tardío Moscú decía que, cuando viera algo raro en el comportamiento de alguien, que no lo dudara, que era dinero. Es un consejo que siempre tengo presente y que les regalo desde estas líneas.

Mi opinión es que tenemos tantos flancos abiertos en España que podríamos dejar tranquilos, al menos, a los que pagan la fiesta. Digo yo.

Pedro Picatoste

Empresario e historiador.

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