La semana pasada se celebró la 38 Gala de los Importantes de INFORMACIÓN, una cita que, año tras año, se ha convertido en el evento de mayor envergadura de nuestras comarcas y por el que hay que felicitar, sin ninguna duda, al medio que lo organiza. Con los diversos reconocimientos que se realizan, descubrimos la excelencia que personas o colectivos han demostrado en sus ámbitos de actuación, un procedimiento muy efectivo para la difusión de diversas trayectorias que repercuten positivamente sobre nuestra sociedad desde la innovación o la solidaridad, entre otros muchos campos. De esta manera, se muestra el trabajo diario de diversos profesionales que, sin estos premios, podría pasar desapercibido. El Importante de septiembre al dibujante de INFORMACIÓN Enrique (Pérez Penedo), responsable del Gabinete de Imagen y Comunicación Gráfica de la Universidad de Alicante (UA) durante muchas décadas, es una clara apuesta por este tipo de trayectorias que ha enriquecido el conocimiento y la mirada crítica de nuestro entorno.
Del mismo modo, me gustaría resaltar los reconocimientos realizados en esta ocasión a investigadores de nuestra universidad que, con su dedicación, han producido una aportación destacada a nuestra sociedad. ¿Sabíamos que un astrofísico de la Universidad de Alicante colabora con la NASA en la prevención de caídas de asteroides en la Tierra? Este es el caso del catedrático del Departamento de Física, Ingeniería de Sistemas y Teoría de la Señal, Adriano Campo Bagatín, que ha participado en un programa de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio estadounidense para la detección de objetos rocosos para desviar su órbita y que no impacten sobre nosotros. Adriano Campo coordina el grupo de Ciencias Planetarias del Instituto Universitario de Física Aplicada a las Ciencias y las Tecnologías de la UA. Nuestros investigadores participan en el análisis que determinará la composición del asteroide Dimorphos, de 160 metros de diámetro, que resultó colisionado con la nave Dart, enviada para la ocasión como una muestra de reacción en caso de acercamiento a nuestro planeta de un elemento similar. El conocimiento de su constitución será fundamental para conocer el alcance de la colisión y la confirmación del alejamiento del riesgo que supondría.
Del mismo modo, ¿sabíamos que un grupo de investigadores de nuestra universidad ha participado en un proyecto europeo con otros nueve países para el desarrollo de nanomateriales que eliminan la radioactividad ante un accidente nuclear? El éxito de la investigación ha hecho posible que este producto ya se haya comercializado en Ucrania frente al conflicto bélico existente en su territorio. La investigación NanoMed, que es el nombre que recibe el proyecto, ha sido coordinada por el Laboratorio de Materiales Avanzados del Departamento de Química Inorgánica de la UA. Así se han conseguido materiales capaces de absorber toxinas radioactivas del organismo que son al mismo tiempo aptos para el uso humano.
Estos dos reconocimientos, correspondientes a los premios Importantes de INFORMACIÓN de los meses de abril y agosto, al lado de otros premiados por la innovación, la acción social y la transferencia de sus actividades, como son el Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital General Universitario de Alicante o la Escuela Superior Politécnica de Orihuela de la Universidad Miguel Hernández de Elche, muestran la necesidad de transferir el conocimiento de profesionales a la sociedad en general. En un momento de transformación continua de los valores sobre los cuales nos asentamos, la difusión del trabajo realizado por los diversos grupos de investigación universitaria es fundamental para dar continuidad a sus proyectos. En una época donde se prima la obtención de beneficios, recordar que las instituciones universitarias son centros de investigación y de desarrollo del conocimiento, además de centros de educación superior, es un elemento fundamental. De esta manera, las universidades públicas tienen que promover el reconocimiento social que se merecen y sobre todo consolidar su papel primordial en la interacción con la ciudadanía como un elemento de avance y de consecución de su liderazgo.
Si queremos progresar y adaptarnos a los nuevos retos de la realidad, necesitamos el empuje de unas instituciones que nacieron con la investigación como uno de sus pilares básicos. Todos los recursos que podamos aportar desde nuestras administraciones y el tejido empresarial son claves para potenciar la dedicación de los grupos de investigación que se han ido desarrollando en los últimos años. ¿Es el momento de impulsar la transición hacia el modelo de universidades de investigación para ser dinamizadoras directas del conocimiento, como postulan diversos autores como Goldfarb y Henrekson o Lófsten y Lindelóf, entre otros? Las universidades que logran el desarrollo de estas capacidades son también usufructuarias, en muchos sentidos, de los beneficios económicos generados por el conocimiento. Un aspecto que, alejado de un sentido lucrativo, favorecería la dotación presupuestaria de unos grupos de investigación que asisten con estupor a la reducción de sus partidas destinadas a tal fin. Este es el reto frente a una realidad cambiante donde la aportación de los fondos públicos tiene una clara limitación en la actualidad. No nos olvidemos de la investigación tras una larga pandemia que nos ha mostrado su importancia a la hora de buscar medidas preventivas y solución a las situaciones de crisis vividas.
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Me ha encantado tu artículo. Nuestras dos universidades provinciales se están ganando a pulso el grado de excelencia que nos hace sentirnos orgullosos de ellas y contentos de que sean galardonadas. Pero albergo dudas de que haya una coordinación, a nivel nacional, con el fin de sacar el máximo rendimiento a las inversiones desde un Ministerio de Universidades puesto en manos de Unidas Podemos, un partido de dirigentes de muy limitado intelecto y que apoyan los escraches universitarios liberticidas.