Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Al paso

Ayuso y la mala educación del ministro de Universidades, el catalanista Subirats

Izda.: la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en fotografía del PP. A la dcha.: Joan Subirats, ministro de Universidades, en fotografía de Moncloa.
Bolaños y Calviño ponen al descubierto la miseria intelectual de sus amigos podemitas, que comen de la mano de Sánchez y ¿ni saben lo que debe ser una universidad?

No soy fan de Ayuso ni de ningún político. Sólo de Jesucristo, que dijo cosas maravillosas, entre otras que su reino no era de este mundo y que a Dios hay que darle lo que es de Dios y al César lo que es del César. Y, si Isabel Díaz Ayuso es la Cleopatra a la que admiran líderes de las distintas autonomías, no es de extrañar que la envidien muchos de ellos y, entre ellas, la expresidenta socialista de Andalucía, Susana Díaz, que ha acertado cuando dice que el escrache que le montaron los podemitas a Ayuso en  la Universidad Complutense la engrandece en lugar de achicarla.

A socialistas marxistas y podemitas les ha salido el tiro por la culata. En primer lugar, al ministro de Universidades, el catalanista Joan Subirats Humet, un seguidor de Ada Colau que fue su segundo en la lista electoral de En Comú Podem-En Comú Guanyem. Colau (no Sánchez) lo hizo ministro sustituyendo a su compañero de infeliz memoria Manuel Castells.

Uno no acierta a comprender que un personaje con un currículum brillante, como el de Subirats, se preste a apoyar a manifestantes que llaman ‘asesina’ y ‘fascista’ a una mujer cuyo gran pecado es ser de derechas y haber pulverizado a contrincantes tan ilustres, asimismo, como Pablo Iglesias, Gabilondo, Errejón… y que recibe el título de ‘alumna ilustre’, junto a otros estudiantes de la Complutense como Arturo Pérez-Reverte, Antonio de la Torre, Almudena Ariza, Rafa Antón, Ángel Expósito y Miguel Trillo.

Subirats sostiene que los escraches bochornosos son cosas normales en cualquier universidad. Querrá decir en una universidad cualquiera que es en lo que quieren convertir las universidades españolas públicas unos pocos (acaso no tan pocos) profesores y alumnos teledirigidos por los partidos comunistas y filomarxistas que a tan pocos representan y tanto ruido y daño hacen, en ocasiones apoyados por un presidente de Gobierno menos camaleónico que sus ministros Bolaños y Calviño, los únicos que han tenido la dignidad de condenar el escrache miserable de un sindicato de extrema izquierda, una de cuyas consignas lanzó, desde el estrado de entrega de galardones, la alumna, también proclamada ‘ilustre’ y brillante por sus notas que no por elegancia, Elisa Lozano. ¿Es acaso medianamente correcto, ante el rector de la Universidad y demás ‘compañeros’ premiados, lanzar este eslogan del sindicato politizado: “Ayuso, pepera, los ilustres están fuera”?

Le pueden hacer presidenta del sindicato, pero los que estaban fuera gritando ‘fascista’ y ‘asesina’ no merecen ser calificados de ‘ilustres’. O nos hemos vuelto locos. O nos quieren volver locos. O quieren seguir avanzando en la consigna de los comunistas ilustrados, que los hay o los ha habido: nuestros podemitas y nuestros sanchistas marxistas zapateristas, alejados de la socialdemocracia felipista, actúan como discípulos del filósofo y político italiano Gramsci, uno de los más cualificados defensores de la cultureta marxista. “Desarrolló el concepto de hegemonía cultural a partir de la teoría de Karl Marx de que la ideología dominante en la sociedad refleja las creencias e intereses de la clase dominante. El consentimiento al gobierno del grupo dominante se logra mediante la difusión de ideologías (creencias y valores) a través de instituciones sociales, como escuelas, iglesias, tribunales y medios de comunicación… El grupo que controla estas instituciones controla el resto de la sociedad”.

Esta es la cuestión. En España, con el Gobierno Frankestein, se acabó la social-democracia. El sanchismo marxistizado por contagio comunista-podemita, trufado de independentismo catalán y vasco, está acabando con los valores tradicionales de España que eran los del Occidente grecorromano y cristiano, como ya he denunciado en otras ocasiones. El virus de la ideología de género es sólo una ramificación del conjunto de la cultura de la muerte con que infectan la escuela, la universidad, el matrimonio, la familia (16 tipos de familia), los hijos (aborto), los ancianos y enfermos terminales (eutanasia).

No se puede ser de derechas. Estos auténticos dictadores de la izquierda caniche, como sus primos los independentistas, se arrogan la exclusiva del pensamiento y de la gobernanza. Ellos deciden quién es ‘asesino y fascista’.

Posdata

Para más inri, una gran parte de la derecha tiene miedo de proclamarse defensora de la vida, del matrimonio, de la familia tradicional con padre, madre, abuelos y bisabuelos. Todo el respeto para las parejas gays y lesbianas. Parejas de hecho, sí, pero nada de matrimonios homosexuales. ¿O nos hemos vuelto idiotas? Esposo más esposo y esposa más esposa jamás, en el orden natural (no religioso), producirán un matrimonio por más leyes que lo digan. Es absurdo por más gobiernos del globo terráqueo que lo dictaminen. ¿Por qué es mejor que llamen matrimonio a algo que no lo es? ¿Qué­ hay de malo en llamar a esa unión homosexual ‘pareja de hecho’? Con todos los derechos y obligaciones de los matrimonios. Es como si nos obligaran por ley a llamar ‘naranjas amarillas’ a los limones. Pues bueno. Podría ser ‘progresista’, pero no dejaría de constituir una idiotez.

Ramón Gómez Carrión

Periodista.

2 Comments

Click here to post a comment