La Organización de las Naciones Unidas proclamó al intervalo 2021-2030 como la Década del Envejecimiento Saludable. Esta proclamación se ha visto empañada en el primer año como consecuencia de la terrible pandemia que ha extendido sus oscuros tentáculos de enfermedad y muerte, sobre todo hacia el segmento de población que constituye la diana de esta iniciativa: las personas mayores.
Hay un dicho popular que reza: “Algo tendrá el agua cuando la bendicen”. La “bendición” por parte de la ONU del envejecimiento saludable revela la importancia que el sector de los mayores, sobre todo en los países desarrollados, tiene desde el punto de vista económico y social, dado el imparable cambio demográfico que ya se está produciendo y se verá incrementado en el futuro. Disminución drástica de la natalidad y aumento notable de la esperanza de vida son el quebradero de cabeza de los políticos que adivinan un futuro económico muy incierto.
Esta es, lo confieso, una visión algo cínica de la cuestión que se basa en la economía, pero existen otras visiones que simplemente abogan por la promoción de un envejecimiento saludable como un derecho del individuo que debe respetarse poniendo a disposición todos los recursos científicos y económicos para que se produzca.
Asociación Gerontológica del Mediterráneo
Esta es la visión de la Asociación Gerontológica del Mediterráneo, entidad científica sin ánimo de lucro de raíces netamente alicantinas, surgida en el seno de la Universidad de Alicante y que, desde sus casi 30 años de vida, tiene en el frontispicio del panel de sus objetivos la promoción de la calidad de vida de las personas mayores.
La calidad de vida es un concepto amplio que excede al de salud y que proporciona sensación de satisfacción con la propia vida de cada persona. Pero sin duda, la salud es un concepto clave y necesario, ya que sin ésta no puede existir esta sensación de bienestar.
Para que se produzca el bienestar, aparte de muchos otros factores, se precisa un equilibrio entre salud física, que es la que se tiende a considerar más intensamente, la psicológica y la social, no menos importantes, ya que si cualquiera de estas dimensiones no funciona, repercute en las demás y no puede hablarse realmente de salud.
Estos y otros elementos de satisfacción de unas aspiraciones acordes con las exigencias que expresan los “nuevos mayores”, en materias tan diversas como justas (salud tridimensional, participación social, ciudades amigables con los mayores, etc.) son las que analizan, debaten y actúan en pos de su consecución los miembros de la Asociación. Todos ellos expertos profesionales de las dimensiones a cubrir para promocionar con actos científicos de divulgación, investigación y publicaciones, la obtención de un envejecimiento activo y saludable que constituye un pasaporte hacia una longevidad con salud y calidad de vida.
Ante la catástrofe que ha supuesto la pandemia, no queda otra estrategia que la resiliencia para salir del bucle de pesimismo a que se ha sometido a la población mundial. Esta resiliencia ha de nutrirse de esperanza; de esperanza en la ciencia, tan olvidada en tiempos “normales”, pero tan solicitada en tiempos como los que vivimos. Una injusticia secular ante una herramienta fundamental para la salida de esta crisis y de posibles otras crisis sanitarias que pudieran producirse. ¿Habremos aprendido que la ciencia ha de mimarse en cualquier circunstancia?
Otro “nutriente” que permitirá que la resiliencia se plasme en una sociedad estupefacta ante lo sucedido, es el sentido común y la solidaridad de gobiernos e individuos para evitar las desigualdades que se están mostrando, y que en mayor o menor grado tienen como víctimas propiciatorias a los más desfavorecidos entre los cuales se encuentran los sectores poblacionales más envejecidos.
Alfonso Soler Gomis
Presidente de la Asociación Gerontológica del Mediterráneo
Vocal del Comité Científico de ASDM (Agencia de Salud y Dieta Mediterránea)
Visitor Rating: 5 Stars