Este año de 2023 se conmemora el 800 aniversario del primer belén de la historia: el de San Francisco de Asís. Ocasión que me lleva a recordar y ensalzar la labor de la Asociación de Belenistas de Alicante. Un grupo de personas ejemplares movidas por la conservación de una de nuestras más bellas tradiciones: la construcción de belenes. Cada Navidad, alicantinos y visitantes podemos disfrutarlos en interiores y al aire libre: en los salones de la Diputación, en el atrio del Ayuntamiento, en la Plaza de la Montanyeta, frente a los andenes de la estación de Renfe y en todos aquellos lugares donde se les solicite.
Los belenistas promueven los belenes en todas sus formas: desde los pesebres más íntimos y domésticos hasta los que adornan los comercios, las iglesias, los parques, las plazas. Desde los belenes clásicos a los innovadores que insertan la cultura y el folklore local en los espacios belenísticos, de modo que los pastores se convierten en pescadores y la ciudad de Belén en el casco antiguo de Alicante, como pudimos admirar en el belén monumental montado la pasada Navidad en el Ayuntamiento alicantino.
Tienen los belenistas un amplio local que les hace de almacén y de taller. Ahí trabajan con esa vocación artística tan propia de nuestra tierra, combinando creatividad, artesanía popular, técnicas novedosas, conocimientos bíblicos, geográficos e históricos y sentimiento religioso. El local se ubica en el barrio de Campoamor, tan nuestro, y desde su puerta se respiran los pinos del castillo de San Fernando donde mi padre (QEPD) recogía pinocha para adornar olorosamente nuestro belén casero.
Los belenistas cuentan con una revista anuario que se titula Epifanía. Hermoso y sonoro sustantivo que comunica dos significados al mismo tiempo: por una parte celebra la fiesta que pone el punto final a la Navidad el 6 de enero, la de los legendarios Reyes Magos; por otra, una epifanía es una suerte de revelación, descubrimiento, aparición… con unas connotaciones casi mágicas. En esa revista se recogen eventos relacionados con el belenismo y se reproduce el Pregón de Navidad de cada año, que quien esto escribe ha tenido el honor de pronunciar el pasado 2 de diciembre.
Alicantinos de todas las profesiones y ocupaciones: profesores, empleados, arquitectos, médicos… forman parte de esta Asociación que además ofrece un Museo del Belén, subvencionado por el Ayuntamiento alicantino, en la calle San Agustín número 3, muy cerca de donde mi querido amigo, el escritor Miguel Martínez-Mena, tenía su despacho y biblioteca. Museo que se cita elogiosamente en numerosas páginas turísticas y culturales.
Entre las actividades de la Asociación, además de la fundamental, que es la construcción de belenes, están los concursos de belenes, los certámenes escolares de cartas a los Reyes Magos, la participación en eventos nacionales e internacionales, la institución del Pregón, la publicación de la mencionada revista Epifanía y otras variadas iniciativas.
Por todo ello, la Asociación de Belenistas de Alicante ha recibido a lo largo de su trayectoria, numerosos galardones. Destaquemos el honor de haberse convertido en la primera Asociación belenista de España en ser reconocida de Utilidad Pública por el Ministerio del Interior (en 1997) y, a nivel local, una de las que han recibido el premio Importante del diario Información de Alicante en 1999 y el premio del Ateneo de Alicante en 2009, coincidiendo sucesivamente con sus cuarenta y sus cincuenta años de vida asociativa. Cabe mencionar que la Asociación de Belenistas de Alicante forma parte de la Federación Española de Belenistas y de la asociación internacional Universalis Foederatio Praesepistica.
No podemos acabar sin nombrar a algunos destacados belenistas cuyo trabajo y tesón contribuyeron de manera decisiva al auge de esta Asociación: los históricos Salvador Marcilla, Francisco Gómez Muñoz y la familia de Ramón Quilis; Juan Giner Pastor, José Pastor Navarro, Alejandro Cánovas Lillo (actual Presidente) y tantos otros “maestros belenistas”, como justamente se les denomina.
Animo a todos los alicantinos a apoyar esta Asociación que encanta a niños y mayores con sus creaciones, que mantiene una tradición que es parte de nuestra identidad y que promueve, de forma altruista, valores positivos. Y en fin, para quien quiera colaborar o participar, en su página web cualquiera puede darse de alta por una módica cuota anual.
Muy interesante tu escrito. Me uno a tu propuesta de que el Ayuntamiento de Alicante dedique una calle a su memoria. Un saludo cordial.