Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Impulso irresistible

¿Vivimos un proceso erosivo de la vida de fe?

Fuente: https://catequesis.archimadrid.es/.

Algunos cristianos centroeuropeos están preocupados por observar y vivir un proceso erosivo en la práctica de la vida cristiana, y especialmente desde que el propio Papa Francisco dejara dicho o sugerido al desarrollar una homilía en el Congreso Eucarístico Internacional de Budapest-2021, basada en el relato evangélico en el que Jesús pregunta a sus discípulos:

«¿Vosotros quién decís que soy yo?»

(Mc 8, 29).

Ellos conocían a Jesús, y no eran ya unos principiantes, pero esta pregunta les creó apuros de respuesta. ¿Acaso no pensaban como Él pese a seguir sus enseñanzas y alcanzar altos grados de familiaridad? Se lo pregunta también Klaus Küng, Obispo emérito austríaco en una colaboración periodística. Es como si faltara un paso decisivo, ése que va de la admiración a la imitación del Maestro. Pero ¿qué dijo el Papa? Pues decirnos que también en nuestros días nos interroga el Señor fijando su mirada sobre cada uno de nosotros para interpelarnos personalmente: A ver, pero ¿quién soy yo de verdad para ti?

Küng dice claramente, como quien mira a su alrededor para ver lo que pasa o está pasando por ahí –pues observa que en los últimos decenios ha ido cambiando todo con gran velocidad– y que también ha ido cambiando la situación en la sociedad y en la Iglesia, incluso esto está pasando en países con una larguísima tradición cristiana, pues parece que se ha puesto en marcha un proceso erosivo de la vida de la fe que arrastra a muchos, especialmente a las generaciones jóvenes. Pasa exactamente eso: que muchos pierden a Dios de vista, y luego no reanudan vías nuevas de encuentro con Él.

Eso puede significar que para esas personas, quiénes parece que ya no ven a Dios, tampoco lo relacionan como hermano. Ya lo había indicado el Papa Benedicto cuando manifestó en cierta ocasión, que estaba naciendo una nueva Religión que explica el mundo sin Dios, y el hombre está tentado a realizar su vida según sus propias ideas, incluso a actuar como si él mismo fuese Dios. Y casi siempre, ya antes, había un distanciamiento de la Iglesia, un “oscurecimiento” de la fe en Cristo, en la Salvación, en sus sacramentos, en su palabra, en su presencia en el mundo a través de la Iglesia y de sus fieles. Viendo la situación actual en algunas parroquias, en las escuelas, en el lugar de trabajo, incluso muchas veces en la propia familia, la pregunta que plantea Jesús se vuelve más aguda: Pero Yo, ¿quién soy de verdad para ti? Y el Papa anota que:

“no es suficiente una respuesta correcta, de catecismo, sino que debe ser una respuesta personal, una respuesta de vida”.

Papa Francisco

La pregunta se hace sentir en las diversas situaciones (por fuera y por dentro) que en innumerables variantes se nos presentan. Y aunque tantísimas veces hayamos correspondido con un acto de fe y de confianza en el Señor y en su ayuda, será necesario dar de nuevo la respuesta: Sí, creo en Ti, creo que eres el Hijo de Dios hecho hombre, nacido de la Virgen María y que estás presente, nos buscas, nos esperas, nos salvas; queremos seguirte.

(…) “En el mundo tendréis tribulación, pero confiad: yo he vencido al mundo”

(Jn 16, 33)

Buscando al Señor se despierta la fe y se abre un camino. Comienza un movimiento entre personas que creen, o están empezando a creer, que los lleva a reunirse en torno al Señor, que dice:

“Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré”.

(Mt. 11, 28)

El Papa Francisco ha dispuesto un “proceso sinodal” para la Iglesia universal y los dos primeros puntos a examinar son los de caminar juntos” y “escuchar”. Insistió muchísimo en ser valientes hablando de Dios a todo el mundo, sin falsos miedos y con un corazón grande, abierto a todos. “Dios es un Padre que perdona”, nos inculcaba incansablemente. Todo esto nos anima a seguir adelante, muy unidos al Santo Padre (repite el Obispo Klaus Küng, muy unidos al Santo Padre y a todos los que están unidos a él). Como al jefe de la sinagoga, Jesús nos dice a los cristianos de hoy mismo:

“No temas; basta que tengas fe”

(Mc.5, 36)

Todo se configura en seguir este consejo que es resumen de vida interior sin dejar de ver el mundo.

Demetrio Mallebrera

Periodista.

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