Es tal la mezcolanza de sensaciones, sentimientos y reacciones de ánimo que se nos quedaron a los ocho mil seguidores del Hércules que estábamos en el campo, aunque fuera en calidad de visitantes, que resulta difícil escribir una crónica al uso. A éste que suscribe, casi le sale más un relato social, o costumbrista. Cinco promociones en los últimos diez años, y siempre con la miel en la boca, independientemente de la categoría a la que se optase. Quizá habría que preguntarse si nos equivocamos de equipo o colores, o quizá asumir directamente que ser del Hércules es algo así, conlleva todo esto, es como unos genes que van implícitos en nuestro ADN. Quizá lo nuestro es sufrir, quedarnos con la miel en los labios, no tener alegrías, mendigar por aquí y por allá. ¡Qué pena!
Vino un equipo de un barrio de Madrid, que hace nada estaba en Tercera División y circunstancialmente se metió en esta categoría; vino desde la capital de España, acompañado de un grupo de poco más de cincuenta personas, prácticamente familiares y amigos de la plantilla. Y nos pintaron la cara. No clamorosamente, no humillantemente, pero el empate les beneficiaba por su mejor clasificación y, a la postre se llevaron el gato al agua. Hemos hablado ya reiteradas veces del tema, de la masa social, ¿cuánto es el mínimo que vale mantener un equipo en esta categoría, sueldos, viajes y desplazamientos, sanciones farmacia, comidas y gastos varios? Los de ayer en su barrio, pequeña instalación deportiva con campo de césped artificial y capacidad para seiscientas personas en las gradas. Si alguien puede que me lo explique, o quizá yo algún día haga una tesis al respecto: “¿Quién pone la pasta, en estos clubes tan modestos y por qué?”. Después de los noventa minutos y la prórroga, empatamos a uno y pasaron ellos a la siguiente ronda. Son las cosas que pasan por no hacer los deberes y aprobar en su momento, las reválidas son peligrosas y más como esta en la que no había red. Si te caías, te matabas. Qué importante aquello de quedar tercero para haber hecho bueno el pase en caso de empate.
Unión Adarve 1 – Hércules 1
Este sábado, día veintiuno, se disputaba en el Rico Pérez la primera eliminatoria de los Play-Off de ascenso a Primera de la RFEF. Pese a jugar en el Rico Pérez, el Hércules lo hizo en calidad de visitante. El rival se aprovechó de esta circunstancia para exigir el vestuario local y el correspondiente banquillo. Por ahí empezó el Hércules perdiendo la batalla. Habría que decirles a los señores de la capital que hay una cosa que se llama cortesía, educación, modales, buenas maneras. A veces con buena voluntad no es necesario llevar la norma al extremo. Enfrentamiento entre el segundo del Grupo I, con el quinto del Grupo Quinto. Cielo despejado y 23 grados de temperatura, menos mal que el partido se fijó para las nueve y media de la noche. Ambiente en los aledaños del campo propio de las grandes tardes de fútbol, con sabores y aromas de otros tiempos menos sufridos. Al final más de ocho mil seguidores de Alicante y un pequeño grupo llegado de Madrid de poco más de cincuenta personas.
Alguien que me explique esto: La Federación Española responsable de la organización fijó como estancia para los seguidores del Adarve el fondo Sur. Como solo vinieron esos pocos, el Fondo Sur estaba vacío, mientras que a muchos abonados de esa zona los colocaron o descolocaron en otros lugares. Y más aberrante, al grupo de aficionados llegados desde Madrid los situaron en plena Tribuna Principal, encorsetados y acorazados por delante, por detrás y a ambos lados, por aficionados del Hércules que habían sacado esa localidad. Aberrante, no pasan más cosas porque Dios no quiere. Arbitró el experimentado colegiado navarro Irurtzun Artola, estuvo bien, un candidato al ascenso de categoría. Lástima que dejara empañar su labor permitiendo en exceso las continuas pérdidas de tiempo de los jugadores madrileños y la simulación de lesiones, bastantes en la segunda parte y de forma clamorosa a lo largo de la prórroga, rompiendo el ritmo una y mil veces. El portero en algunos casos tardó hasta cuarenta segundos en sacar algún balón de portería y ponerlo en juego.
El partido además de con algún que otro descarte por decisión técnica, lo abordó Sergio Mora con las bajas de Nico Espinosa y Mario Ortiz por lesión. Sí contó en el once con el recuperado Pedro Sánchez hasta que pudo, y con Raúl Ruiz que hizo un esfuerzo, pero se marchó del campo lesionado a los pocos minutos. No les voy a aburrir con un inventariado de jugadas, ocasiones y oportunidades en minutos determinados. Solamente hay que apuntar que ellos pudieron ganarnos y solventar el choque en la primera mitad, aunque también es cierto que, a partir de la segunda parte y sobre todo la prórroga, el Hércules sumó ocasiones y oportunidades por encima del rival. Quizá por las tres manifiestas de gol que tuvo el Adarve, el Hércules pudo tener seis o siete. Unas veces el palo, otras veces el infortunio y en dos o tres ocasiones el portero Guille que estuvo cumbre. Sobre todo, al final, con una parada a bocajarro a Chuli, que hubiese sido definitiva. Antes le sacó otra a César, una más a Raúl González y Acuña estrelló un balón en el palo. En la misma línea Adri López desbarató una en la primera parte y otra en la segunda que eran goles claros. Si hubiese sido un combate de boxeo, en todo caso hubiera ganado el Hércules a los puntos. Es verdad que a los jugadores visitantes se les hizo grande el Rico Pérez, mediada la segunda parte comenzaban a estar fundidos, y ahí comenzó el festival de lesiones simuladas, presuntos calambres, necesidad de estiramientos musculares y jugadores al suelo para jugar lo mínimo posible. Actitud reprochable, como la del portero, pero es el otro fútbol. El colegiado es quien lo debe administrar. De esas formas sin ir más lejos se aprovechó el Hércules en Murcia, cuando jugó frente a los de la Nueva Condomina.
El gol madrileño, con el que se adelantaron. llegó pronto, en el minuto diez de la primera parte y buen cabezazo de Telle, que aprovechó un centro de Portero. El empate también en la primera parte, en el treinta y cinco. Gran gol de Borja Galán, se lo fabricó casi todo él. Disparó con la derecha a la izquierda de Guille, al palo largo. El resto, lo que ya les he contado. Me sigo acordando de la de Chuli, último minuto de la prórroga. A bocajarro detuvo el mejor hombre quizá del Adarve, su portero. Sus propios compañeros no lo podían creer.
Sala de prensa
Ver a Sergio Mora en la sala de prensa fue un verdadero cuadro, hasta para aquellos que hemos visto muchas cosas ya en el fútbol. Entró triste y abatido, con la mirada baja. Sollozando y con los ojos húmedos mientras intentaba enjugar alguna lágrima restregando sus ojos con las manos. Sólo un hilo de voz. Su discurso fue el de la pena, el de la tristeza, el de no haber podido y haber dejado a la afición destrozada. Afición que había apoyado. Reconoció en voz alta su tristeza y más de lo mismo. Más el lamento de que unas veces los palos y otras el portero, el balón no había querido entrar. Y finalmente el titular, lo más claro y sin pelos en la lengua. Pregunta del compañero de la Cadena Cope: “¿Sientes que ha sido tu último partido como entrenador del Hércules?”
Respuesta: “Sí, así es. Aparte de otros condicionantes familiares, se me fichó para ascender de categoría y no lo he conseguido”.
Recapitulando, este próximo fin de semana tendrá lugar la segunda eliminatoria de esta fase de ascenso a Primera RFEF, donde el Hércules ya no estará. Ha acabado la temporada, el Hércules permanece en esta ruinosa categoría. Sucede algo que nunca antes en la historia había pasado: el Intercity, equipo de San Juan o de Alicante o de Villafranqueza, ustedes ya me entienden, militará la próxima campaña una categoría por encima del Hércules. ¿Abandonará la afición al Hércules, se harán del Intercity, seguirá teniendo el Intercity lo poco que tiene y el Hércules cada vez menos? Lo cierto es que con el Intercity la próxima campaña vendrán hasta Alicante rivales de ciudades muy significativas de toda España, algún que otro club histórico un tanto venido a menos y sobre todo unos cuantos filiales de campanillas de equipos de Primera División. Habrá que ver, según ascenso y descenso cómo queda conformado ese grupo.
¡Bueno, y luego viene lo otro! Sólo minutos habían pasado el sábado, ya en la madrugada del domingo, del pitido final y comenzó a sonar la cantinela. Se marcha Mora, Carmelo del Pozo y buena parte de la plantilla. Y parece que viene Quique Hernández de mánager general o de superestrella o de vedette principal, y con plenos poderes y acompañado por el mítico exblanquiazul Paco Peña, en calidad de secretario técnico. Según parece no han aceptado la oferta de renovación que le ponía en la mesa el dirigente de los hombres de negro, Salvador Martí. En el Hércules ya no está Ramírez, incompatible con Quique, y la puerta la podría tener de nuevo abierta el que desde ahora bautizamos como “Quique Guadiana” porque como ese río, aparece y desaparece en el Hércules. Quique Hernández ha entrenado al Hércules en diferentes etapas, ha sido responsable de la parcela técnica otras veces desde los despachos. Ha sido hasta presidente del Hércules. Luego se fue al Intercity de hombre fuerte. Algo así como si el Atco. de Madrid contrata de director general o consejero delegado a Florentino Pérez. Pero aquí todo da igual, a Quique siempre se le perdonó todo. Ya saben en esto del fútbol, a unos los colores les corren por las venas porque su sangre es como la vestimenta del club. Otros dicen llevar al equipo en el corazón y en fin… Finalmente, jugadores, técnicos, profesionales y vividores varios del balón donde llevan al equipo es en el bolsillo, pero A LA ALTURA DE LA CARTERA. Y los paganos, pues los de siempre, los sufridos aficionados.
Nada es oficial, pero ya saben, la próxima temporada…
HÉRCULES CF PRODUCCIÓN PRESENTA: “EL DÚO LOS QUIQUES” Una creación de Enrique Ortiz y Enrique Hernández para Alicante y alrededores en exclusiva.
Visitor Rating: 5 Stars
Visitor Rating: 5 Stars
Visitor Rating: 5 Stars
Visitor Rating: 5 Stars