El nadador alicantino de aguas abiertas Jorge Crivillés viaja a Nueva Zelanda con el fin de abordar su nuevo objetivo: cruzar los 25 kilómetros del Estrecho de Cook y conseguir así alcanzar una nueva prueba del reto de los Siete Océanos, los “ocho mil” de la natación en aguas abiertas de los que ya ha completado cuatro. La prueba tendrá lugar del 11 al 15 de abril y con ello pretende hacer más visible la labor de la Asociación Española de Afectados por Linfoma (AEAL) y del Grupo Español de Pacientes con Cáncer (GEPAC), con el patrocinio de Fundación ASISA.
Agradecido por las muestras de solidaridad y apoyo que lleva recibiendo en el último mes y confiado en lograr su objetivo, Jorge Crivillés aborda su nuevo reto con la determinación que le caracteriza a la hora de preparar sus travesías. Tras no haber podido cruzar el Canal del Norte, entre Irlanda y Escocia, el pasado verano al sufrir una hipotermia, el nadador solidario asegura que “no haber podido completar la travesía del Mar del Norte no me lo tomo como una presión, sino como una motivación y tengo ganas de revancha. Creo que esa experiencia me va a dar más fuerza aún y nervio”.
Desde que comenzara en octubre pasado, Crivillés lleva probando diferentes aguas con entrenamientos intensivos en piscina y mar, tanto en el Mediterráneo com en el Mar del Norte y en Holanda, con el fin de aclimatarse a las temperaturas de entre 10 y 12 grados que le aguardan entre el Mar de Tasmania y el Océano Pacífico.
Además de la temperatura, las corrientes cambiantes y las tormentas eléctricas propias del Estrecho de Cook, el pasadizo de 25 kilómetros que separa las dos islas –la Norte y la Sur- que conforman Nueva Zelanda, son los desafíos a los que Crivillés deberá hacer frente para alcalzar su objetivo. También la fauna marina del lugar, con las medusas y los tiburones como las especies más a temer, donde uno de cada seis nadadores que lo han afrontado se han cruzado con estos compañeros habituales de viaje. Y ello si tenemos en cuenta que Jorge Crivillés nada sin neopreno ni aletas, tal como estipulan las normas de esta prestigiosa prueba.
El nadador calcula que serán diez las horas que tardará en cruzar el estrecho, algo más que la última prueba que concluyó en 2017: la Travesía de Tsugaru en Japón, para la que empleó ocho horas y 29 minutos. La prueba se realizará los próximos días, del 11 al 15 de abril, y Jorge y su equipo llegarán unos días antes para estudiar el terreno, aclimatarse y determinar cuál de los días es el idóneo para alcanzar su objetivo.
Desde 1962, han sido 116 los nadadores que han alcanzado la prueba y el alicantino confía en convertirse en el siguiente que la logre. Desde que comenzó a nadar por prescripción médica en 2009, el palmarés de Crivillés en la natación de aguas abiertas es envidiable: la Triple Corona de la larga distancia (Canal de la Mancha, la vuelta a la Isla de Manhattan y el Canal de Catalina en EEUU), así como las pruebas de los Siete Océanos como son la Travesía de Tsugaru en Japón y el Canal de Malokai en Hawaii, junto a las del Canal del Mancha y el de Catalina de la Triple Corona, y otras travesías en aguas mediterráneas.
Si Crivillés completa la prueba, le quedaría cruzar a nado el Mar del Norte y el Estrecho de Gibraltar para convertirse en el primer español en conseguir los Siete Océanos, un objetivo que puede alcanzar este mismo año, pues tiene previsto completar todas las pruebas que le quedan entre la primavera y el verano.
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