Nos hemos quejado a menudo los vecinos de la partida de Sol del Camp de Agost por el mal estado de los caminos, pero los ejemplos cunden y a veces son mucho peores. Hace unas semanas volviendo por Monforte del Cid hay uno que dice llamarse “de San Vicente”, bastante ancho, y cuyo piso probablemente hace años estuvo en buen estado y en la actualidad, quizás fruto de las fuertes lluvias, del tráfico pesado de tractores y camiones está de tal fuste que no me extrañaría que los racimos de uva que se transporten en su recorrido desde las viñas cercanas no llegaran ya maduros a los almacenes de limpieza y envasado de tanto traqueteo.
Y hace unos días voy a Jijona a pasar el día en una casa de los alrededores y me encuentro con un camino cuesta abajo llamado del Assegador donde las piedras y rieras obligan a conducir no solo con esmero, sino invocando que las zapatas de los frenos no les de ese día por atascarse.
Se discute, y mucho, sobre el abandono de las zonas rurales, de los pequeños municipios. Estos tres ejemplos que podrían multiplicarse al recorrer detenidamente la provincia nos ilustran. Es bien cierto que estas vías rurales competen a los municipios en gran parte, y a la Diputación en forma solidaria. Mejorar las carreteras comarcales, los caminos rurales, los accesos a los núcleos urbanos por menores que sean es una de las “patas” sobre las que se asienta su posible recuperación. Con los servicios sanitarios, los estímulos a los jóvenes, y el internet de las cosas, como ahora dicen.
La Diputación, la de Alicante, es ese organismo del que se discuten sus contenidos y competencias, y ha sido señalada en tiempos pretéritos con el dedo acusador por haber concedido ayudas a algunos ayuntamientos de forma digamos preferente, en detrimento de otros que fueron marginados, quizás por sus colores no afines. Parece que recientemente se ha negociado un reparto de los presupuestos más equitativo, distribuido a lo largo y ancho de la provincia; aunque por otro lado nos dicen que nuestro ente provincial “arranca en 2020 con un nuevo boicot” al Fondo Municipal del Consell.
Esperemos que las partituras de nuestros gobernantes –los de la avenida de la Estación y los del Botànic– suenen acordes y ello llegue a mejorar las comunicaciones para acercar más y mejor a los habitantes de nuestra provincia.
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