Sí, lo sé, tratar de hablar de los perros domésticos es tan compicado como hablar de la gente vegana, te van a caer por todos lados y sin discrección alguna, pero a ver, digo yo, me veo andando por la acera y vislumbro, allá en lontananza, un ser al que apenas puedo distinguir, pero que, ¡vaya! delante de mí, tengo a su perro y tras de él una extensisima cuerda, kilometrica diría. Allá va él, el perro en su libertad limitada va dando tumbos y tú no sabes si ponerte a saltar a la comba o a jugar a la goma como hacían mis hermanas cuando salían del colegio o tratar de esquivar ese cordón umbilical entre amo y animal, aunque entiendo y asumo que nunca se debe llamar amo a una persona que tiene un animal de compañía (me suena peor dueño). Bueno, decir de compañía no está bien dicho porque también puede ser una mala descripción, porque de tal modo lo estás catalogando como que tiene una función y entiendo que no es así, es un buen tema para corregir el lenguaje y su acepción. El caso es que casi me meto una leche tratando de no chocar con la goma, con el perro, pero que el dueño, o amo, o amigo, o familiar no se preocupó lo más mínimo en solventar una situación que podría haber tirado o tambaleado a una persona mayor, al menos llevaba la botella de agua y las bolsitas que algunos ni eso.
Y que sí, que me encantan los animales, de hecho mi sueño siempre ha sido tener un pastor alemán o un gato azul, no el gato que está triste y azul de Roberto Carlos, no, un gato azul que son los descendientes de los egipcios. Pero es que entonces tenlo todo cerrado porque como les dé por saltar desde un octavo piso, pues no sé yo, pero que me encantan.
Y es que hay que tratar de evitar todos los riesgos posibles, como la noticia esa que para dentro de unos diez años un asteroide va a chocar contra la Tierra, pero bueno, ¿hay necesidad de ir metiendo ya presión a la peña? Es que no lo veo, mi hipoteca aún no habrá caducado, ni algunos gastos a plazos de compra que he hecho.
Que dicen los expertos que hay varias opciones: una ir tipo peli Armageddon y poner un petardo de la mascletá y reventar la piedra en un montón de trozos pero con el riesgo de que se multipliquen por un mogollón y, aunque el tamaño no importe, pues como que hay más pedruscos para caer. La opción B es la de lanzar un misil y que explote al lado y cambie la trayectoria del canto rodao y a ver si se desvía, que dicen que no es muy grande, que tan sólo mide 90 metros, no como el que extinguió a los dinosaurios que medía varios kilómetros, pero a ver que si me cae en la terraza me da igual que mida 90 que varios kilómetros que no me va a hacer ninguna gracia y si tengo gato menos, que no podré abrir la terraza para ver cómo cae el pedruscote, que digo yo que en esos momentos, a quién llamas. ¿A tus padres? «Mira mamá que me acaba de caer un meteorito en la terraza y el gato no deja de maullar y colgarse de las cortinas». ¿A los bomberos? «Oiga que me acaba de caer un meteorito en la terraza si pudiera ser traigan el camión con la escalera larga a ver si va a salir de ahí Superman y la vamos a liar». O también puedes llamar al centro de salud, y llamar, y llamar, y llamar, y llamar, y llamar, y así eternamente a esperar al próximo meteorito que caerá antes de que te cojan el teléfono.
Yo entiendo que haya cola para atender a la peña, pero debería haber una persona encargada tan sólo de coger el teléfono porque hay personas con urgencias que no se pueden desplazar y no se les puede atender en condiciones, luego hay mucha pasta para desperdiciar en chorradas, pero no me apetece entrar en rollos de política.
Como dejará de haber colas en la Explanada ahora que se empieza con la deconstrucción de las casetas de los hippies para su reubicación en la zona de la Lonja, uno de los atractivos turísticos de la ciudad, que llenaba la zona, que te sentías con gente alrededor, pues nada, no sé muy bien a quién molestaban después de tantos años, pero desde luego siempre hay alguien que llega y piensa que cambiar lo que está bien es para estar mejor. En fin, listos para figurar siempre hay, y como si no cambio nada, como que no hago nada, pues venga se me ha ocurrido una idea brillante a mí y como mando es la idea brillante para justificar mi sueldo y mi cargo, pues nada, la Explanada se convertirá en un sitio de paso y punto, no en un sitio de paso y recreo, que es lo que era. Si ya el cierre del Peret fue un mazazo, pues ve quitándole cosas y dejándola como un corredor vacío que es, al fin, en lo que se va a convertir. Pero para eso están las mentes pensantes, para pensar que hacen historia, pero la historia está para bien y para mal.
Y hablando de historia, el otro día me paso por la biblioteca, que la tenemos, aunque muchos no sepan que existe, está frente al Postiguet pero no se fomenta lo que debiera, y lo que era el Paesíto de Ramiro ahora se ha convertido en una pista de skate, patinaje y demás. Que me parece genial que se utilicen los lugares públicos.
Aprovecho para decir que ni un solo patinete de tercera edad Barcala, es el momento y el lugar para fomentarlo. Pues, en su momento, se organizaba una gala, un baile de la Gota de leche, que era un acto de solidaridad para los que no tenían y todas esas cosas se han perdido. Desconozco cuántas personas recordarán eso, cuántas lo habrán vivido, creo que estoy en mitad del pasado y del presente futuro, pero que en este presente camino por la ciudad y lo que no es frutería, es un «todo a un euro» que es mucho más. Barberías con videoconsolas y lo más, lo de las uñas. Es un mundo aparte que las hay por todos lados, que me parece bien pero que no deja de llamarme la atención que son cosas que en la época de mi madre no existían y ahora la que no se hace las uñas es casi como que no se cuida, como la peña que ahora le ha dado por darse al dentista, a ponerse eso invisible a los 50 años. Toda la vida con la boca hecha un cuadro y ahora te ha dado por alinearte los dientes. Si es que hay necesidad de ponerte a cambiar la dentadura, entiendo que caries o cosas parecidas sí, boca sana, pero ponerte dientes más blancos que un folio, pues bueno, pues me parece genial, pero al menos podrían usarla para sonreír o saludar porque ya es la costumbre que cuando te cruzas con alguien en tu comunidad como que ni te miran ni nada.
Yo soy de los que siempre da los buenos días o las buenas tardes o noches, pero hay quien ni te mira y luego está un conocido con el me crucé por la calle y le pregunto, ¿qué, dando un paseo? Y me responde: no es que estaba sacando al perro. Y claro, uno se queda mirando y mirando y piensa: «pues lo has perdido por el camino porque vas solo» (doy fe que tiene perro), y sigues caminando y pensando «aún me cae el meteorito ahora mismo».
Libro recomendado, La ciudad de los prodigios de Eduardo Mendoza.
Canción, Ya no me acuerdo, de Estopa.
El futuro comienza con el presente y el pasado es otra historia. En fin que ustedes lo lean, lo pasen y lo paseen bien.
¡Cuídate de los perros y, más aún, de sus amos, dueños o lo que sean! Del meteorito me encargo yo.
Jajaja, eso haré. Gracias por tus palabras aunque hoy se ha echado en falta tu artículo. Un abrazo fuerte y cuidado con el meteorito.