Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Aventura y montaña

Coronar el Aconcagua y el reto de las Siete Cumbres

Escalar los siete picos más altos de cada continente es considerado uno de los mayores desafíos en el montañismo

Las Siete Cumbres o Seven Summits es el nombre que recibe el reto de ascender a las montañas más altas de cada uno de los seis continentes añadiendo además la más alta de Norteamérica (África, Antártida, Asia, Oceanía, Europa, América del Norte y Sudamérica). La idea de escalar las siete cumbres nació en la década de los ochenta y el primer escalador en conseguirlo fue (según la Lista Kosciuszko, que incluye el pico australiano más alto, que no lo es de toda Oceanía) el estadounidense Richard Bass, que lo consiguió entre 1983 a 1985. Sin embargo, el primer escalador en lograrlo con la cima más alta de Oceanía (en lugar de la de Australia) fue el canadiense Pat Morrow, entre 1981 y 1986.

Yo me he propuesto el reto de lograr ocho picos, de los cuales, ya he realizado tres: El Kilimanjaro (5893 m, África, que realicé en familia), El Denali (6190 m, América del Norte, que realicé junto a mi compañero Alfonso Blas) y el Aconcagua (6962 m, América del Sur, que he realizado en solitario). Como entrenador de tres montañeras alicantinas, subiré este julio el Mont Blanc (4810 m, Europa). Además, en 2025 escalaré el Everest (8848 m, Asia) y a partir de ahí, el Elbrús (5642 m, Europa), el macizo Vinson (4892 m, Antártida) y el Nemangkawi / Jaya (4884 m, Oceanía).

Morfología del Aconcagua

El origen de su nombre, Centinela de Piedra, es incierto. Se cree que proviene del quechua. El Aconcagua una de las más imponentes elevaciones de la cordillera de los Andes, en Sudamérica. Su pico se halla a 6960,80 metros de altitud sobre el nivel del mar, y su base, entre Chile y Argentina, se extiende a suelo argentino y ostenta un amplio terreno que culmina con el pico en pleno territorio de la provincia de Mendoza, Argentina. Al norte y al sur se encuentra una zona conocida como el valle de las Vacas, y en las zonas oeste y sur se aprecia el valle de Horcones Inferior. Es la cumbre más alta del continente americano.

En realidad, la montaña posee dos cumbres; una al sur y otra al norte, que se conectan por una cresta conocida como la Cresta o Filo de Guanaco, la cual mide aproximadamente 1 kilómetro de longitud. Su superficie superior aloja varios glaciares; algunos de ellos son Los Polacos, en el lado este; Horcones Superior y Horcones Inferior. A pesar de ser de origen volcánico,el Aconcagua no es un volcán.

El ascenso al Aconcagua en solitario

Duración de la expedición: 25 días
Fechas: 20 enero al 13 de febrero de 2024
Ruta de ascenso: ruta normal (Ruta Norte)
Ubicación: Argentina

Aunque la ruta Normal es técnicamente fácil, sin embargo, la gran altitud y las condiciones climatológicas (clima frío y seco, con posibilidad de encontrarse con el «viento blanco» del Aconcagua) hacen que sea físicamente muy exigente. En mi caso, la parte más dura ha sido el día de cumbre y los porteos desde Plaza de Mulas a Nido de Cóndores (campo 2), aprovechando los movimientos de aclimatación para portear el material, ya que todo lo tenía que hacer yo mismo. Por esta razón he sido muy cuidadoso con la “aclimatación” respetando los tiempos de descanso para recuperarme del esfuerzo.

La aproximación a Plaza de Mulas es una larga jornada por un camino polvoriento de casi 28 kilómetros, por lo que decidí partirlo en 2 jornadas. Durante este trayecto, también realicé un trekking al Mirador Plaza Francia que es 100 % recomendable tanto para una buena aclimatación, ya que te mueves a 4000 m de altura durante 2 o 3 horas, como por las preciosas vistas de la cara sur del Aconcagua.

Me llevó tres días llegar a Plaza de Mulas. Por el camino entablé amistad con Alejandro, un argentino con la misma intención de subir el Aconcagua, también en solitario, pero con el objetivo de homenajear a su compañero habitual de cordada que falleció en 2021. Unos días más tarde, en el campo 2, tras un bellísimo atardecer que me emocionó, de camino de vuelta a la tienda, me volví a encontrar con Alejandro que, mirando ese mismo atardecer, lloraba en silencio. Nos fundimos en un abrazo sin palabras, lleno de hermandad y comprensión.

Durante el día de descanso en Plaza de Mulas (campo base) decidí realizar un trekking cerca (4700 mts), por la ruta normal, para conseguir una mejor aclimatación, disfrutar de una vista única del Aconcagua y portear la tienda. Allí conocí a Valentín, un argentino afincado en Madrid, con el problema de que su compañero de cordada (Monchi) no se encontraba bien, por lo que le ofrecí sitio en mi tienda del campo 2, para que pudiera continuar con la expedición, oferta que aceptará apareciendo al día siguiente de mi llegada a Nido de Cóndores. De esta manera tuve un buen compañero con el que compartir ratos en la montaña.

El día que llegué a Nido de Cóndores hacía un viento terrible y me costó una barbaridad tratar de montar la tienda. Por suerte, se me acercó un joven argentino que me había visto luchando con la tienda y el viento y, sin mediar palabra ya que era imposible escucharse, me ayudó, gracias a lo que pude dormir a cubierto.

El día de desplazamiento al Campo 3 (Plaza Cólera) lo realicé con Valentín. Fue un día triste ya que en mitad de la ruta nos encontramos con un equipo del parque Nacional que bajaba a una montañera fallecida un par de días atrás llegando a la cumbre del Aconcagua. Ya en el campo 3, Valentín tiene síntomas de padecer algún trastorno estomacal (no son buenas noticias).

La llegada a la cumbre del Aconcagua

La madrugada del día 1 de febrero nos levantamos a las 3:30 horas para tomar algo calentito y prepararnos para iniciar el movimiento a cumbre. Sobre las 4:21 horas iniciamos, pero a los 10 minutos yo me di cuenta que me había dejado el piolet y tuve que regresar a la tienda a recogerlo. Al cabo de un rato, me volví a encontrar con Valentín y un grupo grande de montañeros que también marchaban camino de la cumbre. Como yo llevaba un ritmo diferente, decidí adelantarlos y continuar con un ritmo de marcha más cómodo para mí.

Dos horas después me encontré a 6400 m y decidí parar para beber un poco de té caliente que llevaba en un termo y comer algo de frutos secos. Las vistas eran espectaculares, pero no me pude recrear demasiado en el paisaje debido a las bajas temperaturas. Tardé pocos minutos en reanudar la marcha ya que se me estaban enfriando los pies. A partir de este momento no calenté los pies hasta llegar a cumbre.

A unos 6600 m de altitud me encontré en la famosa Canaleta. Se trata de un ancho corredor con mucha piedra suelta. El trayecto hasta llegar a la Cueva, a 6700 m de altitud, es agotador física y mentalmente debido a su inclinación, la falta de oxígeno y que a cada paso que avanzas, el terreno te hace retroceder una tercera parte (tardé dos horas para tan solo 300 m de desnivel).

Ruta normal de ascenso al Aconcagua. Fotografía de Silvano Dossan (Fuente: Wikimedia).

A partir de ahí, la ruta se volvió más cómoda, aunque el esfuerzo por la altitud y el frío de -25.˚ C hicieron que cada paso se convirtiera en todo un reto. Alcanzar la cumbre del Aconcagua me costó aproximadamente otras 2 horas en los últimos 300 m de desnivel. Al llegar a la cima, por fin, los rayos del sol me dieron de lleno sobre mi rostro, lo que me permitió entrar en calor y disfrutar de la deseada meta del Aconcagua. Allí estaba solo y pude deleitarme plenamente de un día espectacular observando el techo de los Andes sembrados por un mar de nubes.

El descenso fue rápido. Aproveché el momento en que la mayoría de los montañeros estaban llegando a cumbre para descender rápido por la Canaleta y así evitar la caída de piedras que se produce al descender la gente. Al llegar al campo 3, Cólera, me reencontré con mi buen amigo Valentín, que no había podido subir por el problema estomacal (una verdadera pena, ya que físicamente se encontraba en condiciones de hacer cumbre si no hubiera tenido ese problemilla). Decidimos bajar al campo 2, Nido de Cóndores, con todo el equipo y hacer noche. Al día siguiente, Valentín se adelantó para recuperar su tienda que estaba en el campo 1 y juntos llegamos al campo base.

Conclusión

Gracias a la preparación realizada en Alicante y Sierra Nevada durante los meses previos a la expedición con un entrenamiento metódico y exigente, a la buena estrategia y acertada elección de las fechas para la expedición, así como a los excelentes consejos de Fernando Fernández-Vivancos y Ernesto Olivares Miranda, expertos montañeros de Granada y Chile respectivamente, puedo decir que la expedición ha sido un éxito.

Una forma de vida

Cuando pienso en mi infancia, me viene a la memoria una época maravillosa donde pasaba la mayoría del tiempo disfrutando con los amigos jugando por las verticales calles del barrio Masustegui (Bilbao – Vizcaya) y las laderas de la montaña donde se ubica el barrio. Allí conocí la felicidad de vivir cerca de la montaña.

En enero de 1994 llegué a Alicante, una ciudad a orillas del mar Mediterráneo, donde brilla el sol prácticamente los 365 días del año y una de las provincias más montañosas de España. En Alicante he ido desarrollando mi afición por la escalada clásica y el montañismo. Un día de verano de 1997, mientras escalábamos en las paredes de Sella, conocí a Sabina, la que hoy es mi mujer. Desde entonces sigo disfrutando de la vida y la montaña en Alicante y en mi familia.

Desde que me dedico al montañismo en mi tiempo libre, he conocido su dureza pero también me ha enseñado valores como la amistad, el compañerismo, la humildad, el respeto, el sacrificio y la superación. La montaña ha sido y sigue siendo una magnifica escuela donde también disfruto de sensaciones únicas que solo en ciertas situaciones extremas puedes llegar a vivir.

¿Por qué este nuevo proyecto?

Desde que tengo uso de razón, he querido sacarle partido a la vida, disfrutar cada momento, escudriñar en los lugares más recónditos de la tierra y conocer personas amables y honorables en diferentes partes del mundo. Vamos, lo que se dice viajar para conocer otras culturas, razas y personas humildes como yo. Desde mi punto de vista, donde estoy convencido de encontrar todo esto es en la montaña. 

Los últimos 20 años me he ido moviendo por diferentes partes del mundo formándome cada día de cada expedición que hacía y nunca he dejado de aprender algo nuevo. Para mí, la montaña es una escuela permanente y una forma de entender la vida. Cada vez que termino con un proyecto, mi cabeza ya está pensando en algo nuevo.

Después de ascender el monte Denali en compañía de mi amigo Alfonso, empecé a darle vueltas a este proyecto porque creo que en él puedo encontrar algo diferente que se puede adaptar a mi forma de ver la montaña. El proyecto 7 Cumbres me entusiasma porque cada una de las montañas que hay que ascender es totalmente diferente a la otra. La logística, la cultura, el clima, las características de cada una, el medio, el continente y el tipo de expedición al que has de enfrentarte cambia radicalmente de una a otra. Se ha de ser muy polivalente en la montaña para enfrentarte a este gran reto alpinístico.

Cronología de la expedición

Este programa de 25 días fue diseñado pensando en aumentar las posibilidades de éxito en el ascenso a la cumbre, teniendo en cuenta días extra en caso de mal tiempo así como el esfuerzo necesario para portear una sola persona todo el material con sus días de descanso y una buena aclimatación. Además incluye el ascenso a la cumbre del Cerro Bonete (5000 m).

•	20 enero · Madrid – Santiago de Chile.
•	21 enero · Santiago de Chile / Penitentes – Altitud: 2700 m.
•	22 enero · Inicio trekking Puente de inca / Confluencia – Altitud: 3390 m.
•	23 enero · Trekking de aclimatación a Plaza Francia – Altitud: 4000 m.
•	24 enero · Trekking Confluencia a Plaza de Mulas – Altitud: 4350 m.
•	25 enero · Descanso en Plaza de Mulas – Altitud: 4350 m.
•	26 enero · Porteo de material, comida y equipo – Altitud: 5300 m.
•	27 enero · Día de descanso en Plaza de Mulas – Altitud: 4350 m.
•	28 enero · Ascenso a campo 2 (Nido de Cóndores) – Altitud: 5550 m.
•	29 enero · Día de descanso en Nido de Cóndores.
•	30 enero · Porteo de material, comida y equipo a campo 3 (Plaza Cólera) – Altitud: 5970 m. Noche en campo 2. 
•	31 enero · Ascenso a campo 3 (Plaza Cólera) – Altitud: 5970 m.
•	1 febrero · A las 04:30 h inicio movimiento a cumbre – sobre las 10:50 h de la mañana llegada a cumbre. Altitud: 6961 m.
•	2 febrero · Descenso de Nido de Cóndores a Plaza Mulas.
•	3 febrero · Ascenso al Camino Bonete – Altitud: 5000 m.
•	4 febrero · Trekking regreso a Puente del Inca. 26 km.
•	Del 5 al 12 febrero · Mendoza / Santiago de Chile.
•	13 febrero · Regreso Santiago de Chile – España.

Carlos Cardelle

Alicantino de adopción, aventurero, amante de la naturaleza, la montaña, el deporte y la vida. Me encanta la cultura y la gastronomía españolas. Vivir en Alicante, cerca del mar Mediterráneo, con su buen clima, me llena de felicidad y salud.

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