Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Al paso

Pedro Sánchez, empeñado en cargarse al PSOE y a España

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez.
El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez.
Lo que ha venido sucediendo en torno al Partido Socialista Obrero Español desde hace unos años (los años que Pedro Sánchez viene figurando como protagonista de la película del partido) es muy preocupante. Sánchez quiere ser presidente del Gobierno a toda costa, es decir aunque tenga que pactar con el diablo. Se le ha metido […]

Lo que ha venido sucediendo en torno al Partido Socialista Obrero Español desde hace unos años (los años que Pedro Sánchez viene figurando como protagonista de la película del partido) es muy preocupante. Sánchez quiere ser presidente del Gobierno a toda costa, es decir aunque tenga que pactar con el diablo. Se le ha metido en el cerebro esa idea fija, como a Puigdemont la de la independencia de Cataluña. Los afines a la vieja guardia socialista estuvieron a punto de romperle el sueño presidencialista y de arruinar su carrera política, pero no pudieron con él. Increíblemente, ‘las bases’ fueron hábilmente movilizadas hasta conseguir la resurrección de quien parecía muerto y bien muerto.

De todas maneras, yo me niego a creer que el muerto goce de buena salud. Tiene pinta de zombi y casi todas las iniciativas que adopta van por un camino paralelo, casi idéntico, a las de Iglesias con Podemos. Quiere arañarle unos pocos votos a los ‘morados’ y los está perdiendo a raudales en favor de Ciudadanos. Está más ciego y más sordo que Zapatero. No mira, ni ve, claro, el futuro y está obsesionado con el pasado. Sus  batallas son contra la Guerra Civil y contra el franquismo, a los que absurdamente intenta sacar de sus tumbas.

Vano intento y completamente inane si no fuera porque arrastra unos efectos colaterales perniciosos para la España de hoy. Los fantasmas del pasado le llevan a sembrar, neciamente, semillas de odio entre los españoles. En eso es un fiel discípulo de ZP, ese Zapatero que estaba obsesionado con el guerracivilismo y con resucitar el enfrentamiento entre españoles, a la vez que alentaba el nacionalismo independentista catalán sin ninguna visiónde hombre de estado. Y ciego sigue, pero no en Gaza sino en Venezuela por poner un ejemplo reciente.

Zapatero es el único de los grandes (perdón por llamare ‘grande’) del PSOE que le ha apoyado en su iniciativa ‘Escuela del Buen Gobierno’ en busca de la unidad en el seno del partido. Ni Felipe González, ni Rubalcaba, ni el sensato asturiano Javier Fernández, ni Susana Díaz “se ajuntan” con él. Lo tienen por necio compulsivo, nefasto para el PSOE. Lo penúltimo que ha ideado Sánchez es un proyecto para profundizar en la memoria histórica, en el pasado de una España que sólo tendría sentido para construir un futuro solidario y fraterno, nunca para hacer renacer el odio y el enfrentamiento cainita. En esas está Sánchez, pero este asunto se merece un comentario aparte. Hasta entonces.

Ramón Gómez Carrión

Periodista.

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